28 febrero 2006

Como Manzanas


Usted ha de abrir su palma, la que le acomode y hecho esto es aconsejable tomar el objeto (cuidado, acá empieza lo difícil).
La meta primera consiste en sentir los detalles, cada una de sus yemas debe sentir la grasitud superficial del fruto, ingenua y juguetona, pulcra. En el acto, pulgar, índice, medio, anular y chico han se sentir la tensión, el esfuerzo en la cáscara, porque estamos hablando de una semilla con presencia, no esas semillas inocuas e insignificantes, sino una con carácter. El ballet de sensación debe terminar al sentir como se calienta al tacto. Un pequeño y fútil juego con el ovocito es altamente recomendable, escuchar como grita al encuentro con la mano cuando arranca de la gravedad.
El siguiente paso es verla relucir al sol de la mañana, del mediodía y el atardecer, ponerla encima de una mesa y admirar como baila en silencio, gobernando cual princesa su reino llano de cuatro esquinas (mantelado o no).

Ya que hemos tocado este punto crucial, quiero destacar como deben ser observadas todas las cosas.
El proceso de observación exige meticulosidad, tino y sonrisas; en el caso de la manzana, ha de actuarse del siguiente modo:

Usted debe reparar en cada detalle, cada cambio de tinte, cada color propagándose por su cáscara, cada imperfección, cada veta de vida alimentada a luz y agua ( he allí su nobleza), y percibir (ATENCIÓN, pueden olvidar todo lo anterior, pero este paso siguiente lo declaro IN-olvidable) ese aroma, a vida, a historia, lo recomendable es tomar tanto tiempo como sea posible observando su aroma.
El paso siguiente es tomar el tiempo y observar con su prisma, sentir el fruto y el árbol, el viento meneando las hojas en ramas, el sol generoso inflando óvulos, el pájaro que con las ramitas hace familia (y nido en su defecto); se ha de sentir como las raíces calan en la tierra, Si, esa misma que a usted le ensucia la casa, la misma de este tercer planeta, la misma que enterró o enterrará a su madre (y a usted mismo, con todos sus defectos); sentir, el año entero comprimido en una palma, lluvias, amores y des amores, sueños, familias, odios y fecas, esperanzas y condenas...

Luego de hecho todo esto y comprender que incluso al comer una manzana usted ha intervenido de una manera irrevocable el universo, pero mas aún, El universo ha intervenido en usted con todas sus causas y todas sus consecuencias, puede comenzar a masticar
(agregar papilas gustativas... a gusto)

24 febrero 2006

Las dudas suelen atacar en lugares lujosos

Esta vez, el carismático Bob Sacamano, hechará mano a su verborrea y maña para alegrar el ánimo de aquel lector que piensa que la risa no está en onda, o peor aún, a aquel que cree que la alegría y Bob están en pugna . No se pongan reacios a la risa, si quiere reírse, haga un esfuerzo, no vaya a ser que haya leído estas líneas sin siquiera esbozar una sonrisita, por último, de verguenza ajena. No reírse seria un error severo, y todos sabemos como Bob Sacamano detesta los errores severos.

Era un Hotel lujoso, le había dicho al taxista que me llevara al comedor con más exclusivo y caro que conociese. Afortunadamente el tipo conocía el sector alto de la capital y no me llevó a donde "El Lucho", como en algún momento temí. Mientras mis dedos jugaban con la bolsa de té Lipton que saqué minutos antes de la salir desde la despensa de mi cocina, el mozo con ínfulas de ministro, me pasó la carta, presto le dije, que sólo quería un vaso de agua, me miro extrañado, le enseñé la bolsa de té y le dije: " Un vaso de agua hirviendo". Actuó como si me tomara el pedido y se marchó, al minuto regresó con un viejo grande de pelo cano, quien parecía ser el semental que procreó a toda esa masa de mozos aparentadores, me miro seguro y me dijo: "Señor, usted es una persona normal , usted me entiende, no podemos atenderle en aquello". Me hizo gracia el caballero, salí afuera y mientras caminaba por los cuidados jardines, reflexioné que lo extraño de la situación se puede deber a mi alimentación de ebrio, y no a mi genalidad de creador original, es decir, debo dormir más y comer mejor, en ese proceso de recuperación me encontraba, cuando Milan Kundera se me apareció en un sueño y me pasó el siguiente poema, a modo de explicarme, con un ejemplo concreto, lo que jamás debe hacerse con una buena obra. Me dijo: "Toma, no lo publiques". Publicar este artifício es casi un error severo, pero bueno, Bob Sacamano predica con el ejemplo ,y recicla la basura dándole una función útil. Tal como una botella de Coca-cola es un macetero, Bob le porfía a Kundera:


¿Letras o cornflakes?

Comer o no comer,
Injusto por que yo vivo en Platón,
y las letras se olvidan de aminoácidos esenciales.
Por que los pobres no lo querrían escuchar,

Ningún nutriente sin garbo vendrá a intervenir,
Por las propias quiero vivir.
Ya se gastan las glucosas y los ciclos alteran electrolitos,
Si no se piensa con el alma, este caos sea bendito,
Coma, coma, cerebrito.

.....¿Letras o Cornflakes?, una al desayuno, lo otro en las onces.
No es armonioso,
Pero que vaya para ricos y pobres.

Es así como me dí cuenta que necesito ordenar mi vida en muchos aspectos, y sólo publicar poemas de Borges.

21 febrero 2006

SUCEDÁNEO

Todo está viciado y debo saber encontrar un nuevo aire. Esta micro, llena de gente, es el lugar preciso para estar mejor. La forma en que le grité, cómo golpeé la mesa, esa imagen que no me abandona, esa imagen en donde ambos salíamos disparados por la ventana, y sonreíamos en el aire. Cómo puedo pensar tan mal acerca de él, como puedo tener en mí tan baja estima, qué clase de entierro es este, dónde está el ataúd, donde están los que me lloran, por favor, que se siga el conducto regular y que este funeral no se disfrace en amigos que se van, y estudios que fracasan, y en sombras que me gritan cuan mal está el prójimo, yo quiero morir en un entierro con pompa, aunque sea fúnebre, pero esta vida que llevo no es pompa, es bomba, estorba y deforma el resto y al resto, desdibuja la belleza intrínseca del nacer, por que yo creo en el nacer, por que yo creo en la vida, no en la mía, pero creo. Cuando el sonsonete de la micro me parece como una sinfonía refinada, realzada por los acordes de las conversaciones de los pasajeros, el conductor mueve su mano y gira la perilla con la diligencia de un arqueólogo en Sacsahuamán, veinte pestañeos míos y la radio se prende, y comienza a sonar “Nothing compairs to you” o algo así. Entonces digo que es el momento de concentrarme, y aprovechar la media hora de viaje restante, en ordenar mis ideas, para no cometer los mismos errores, etc. Entonces la canción no me permite pensar claro, y vislumbro certezas, que en realidad son pensamientos, y digo que es una señal y que me puedo redimir, y que en realidad nadie se compara conmigo, así como nada se compara con ninguna persona, y pensar que tenemos todos tal dignidad es gratificante, y cambia la perspectiva. Cambia la velocidad de la micro, por que el conductor se desvía por una calle ajena al recorrido, yo lo noto y me quedo sentado, por que es razonable aún, quinientos metros más adelante, es razonable levantarse con cara de enojo e ir hacia delante, pero mejor es seguir con sigilo a un grandote de rostro adusto y vulgar, que cada cierto tiempo dejaba su libro a la vista para sentirse mejor pasajero, un libro sobre vida animal en Costa Rica, y la selva de la portada estaba realmente húmeda con todo el sudor de sus manos, arreciaba la humedad en su rostro, me pareció correcto seguirlo, si él fallaba con sus recriminaciones, lo intentaría yo en seguida. De súbito el conductor, de apariencia agradable y sincera, se bajó de la micro, aduciendo que tenía miedo, que estaba cansado y que su casa estaba cerca, ni el grandote ni yo, con una misteriosa compasión, quisimos hacer eco de tamaña estupidez, para con los demás pasajeros, supongo que se quedaron calmos al pensar que iba por ayuda, no a su casa presa del pánico. Podía caminar, unos cuarenta minutos me separaban de mi hogar, el que será centro neurálgico de mi nueva vida, de las curaciones del alma que mi esposa y mis hijos y mis libros y mis voluntades y mi Dios ejecutarán en mí. Tomé el cigarro que se asomaba por la cajetilla del grandote sudoroso, un poco más a la izquierda de un raído lápiz Parker, y bueno, me bajé de la micro.

14 febrero 2006

Lo Racional del Asunto


Me doy vuelta en la cama de nuevo. No puedo dormir, debe ser porque dormí en la tarde. Me levanto. Aprovecho de hacer el aseo ahora, asi no tendré que hacerlo mañana. Pongo un poco de música, un cd que me regaló un amigo, lo escucho. Lo encuentro fome, pero lo dejo un rato más, hasta que termina. Cuando termina ya estoy acostada de nuevo, cerrando los ojos, pensando en lo que hay para mañana. Después de un rato de organizar las tareas, labores y salidas, me da sueño y dejo de pensar.

Son las 9 y me levanté hace un rato, prendo la tele y me dejo caer sobre la cama. Mi hermano aparece por la pieza y se acuesta a los pies de mi cama, sin decir nada por un rato. Luego comienza a hacerme cosquillas y me río un poco, le devuelvo el favor, jugamos y nos tiramos de los pelos y extremidades. Se hace de mediodía y me voy a duchar, Ulises se queda en mi cama y, cuando salgo del baño, está frente al computador. Tengo que ayudar a mi mamá a hacer el almuerzo, pelo unas papas, rebano unas zanahorias, luego me escabullo y salgo al patio, donde está mi sobrino tratando de meterse a la piscina. Lo detengo con un abrazo desde atrás, lo levanto por los aires y venzo su frustración con cosquillas y morisquetas. Cuando estalla en carcajadas lo dejo en el piso y agarro una caja con libros para pintar, ambos con lápiz en mano, y pintamos mientras me explica los dibujos que aparecen en las hojas. Hora de almorzar.

En la tarde me llama un amigo para salir más tarde, le digo que sí y me voy a arreglar un poco, mientras me miro al espejo está mi sobrino a mi lado, echándose algo en la cara, con el peine en la mano, llevándolo desde la frente hasta la nuca, repetida y lentamente, dándose el tiempo de ordenar los pelos que escapan al orden. Cuando busco mi bolso él ya tiene el suyo, y cuando digo que voy a salir, lo hago cuando él está con mi mamá en la cocina.

Nos juntamos en el metro, cuando llego él está dándose vueltas, mirando para todos lados, menos hacia mi dirección. Lo sorprendo por la espalda y nos saludamos. Hablamos mientras caminamos al cine, que está bien lejos del metro, pero llegamos finalmente y sacamos las entradas. No hay gente en la fila. Nos sentamos antes de que empiece, sin parar de hablar por un rato, riéndonos a ratos, aunque cuando llega el silencio quiero que diga algo. De repente se apagan las luces y se da vuelta hacia adelante.

Termina la película y caminamos despacio por la calle, siempre hay risas, muchas veces lo veo incómodo, hay otras en que se queda callado por largo tiempo hasta que dice algo medio extraño, no lo entiendo, pero asiento con la cabeza. Caminamos mucho y ya estoy cansada, me va a dejar a la micro y nos despedimos. Cuando llego a la casa prendo la tele y me acuesto, me quedo dormida al tiro.

08 febrero 2006

Reencuentro

Andén 5; 10:31, 25º, indica la pequeña pantalla a bordo del bus, está agradable, pensaría cualquiera. La gente ya se impacienta, siempre lo hace, y algunos miran desdeñosos el reloj como si su disgusto trastocara en velocidad.
Mi compañero de asiento lee concentradísimo su periódico, sus noticias poco relevantes, mientras observo una hormiga que merodea mi mano, me gusta pensar que es porque en alguna forma soy dulce y ella lo sabe (la hormiga). La radio del gran vehículo suena algo fuerte, la ley no se cuanto del tránsito acá se la pasan por la raja, el chofer escucha animado a Cristian Castro (creo), mientras nosotros nos conformamos con una anciana hablando por su teléfono personal, <<>> se despide cariñosamente, de al parecer su nuera, dejemoslo como su nuera.
La señora que va a mi lado, pasillo mediante, me mira insistentemente, me creo algo atractivo para algunas ancianas, pero esto es intimidatorio, luego entendí que lo que la turba es mi afición a la escritura, además el tipo del periódico al parecer es su esposo, o pareja ( en estos tiempos, quien sabe ), puedo adivinar que además van con su hija, joven, de entre 17 y 22, absorta en su walkman, chata, seguramente, es factor común estar chato en los viajes con los padres, o aparentarlo por lo menos.

10:46, el cielo se abre un poco hacia la cordillera de la costa, se abre de sol, desde el cubierto variando a melancolía, mas aún, dadas las condiciones almosféricas en las que me encuentro.
El cuento es simple, ella no lo sabe, pero me gusta mucho, toda ella, su ternura, su compañía, sus risas, su inseguridad y ese dejo de maldad que le brilla en los ojos de cuando en cuando, una perversión extraña pero juguetona; nunca sabré cuanto al revés, las mujeres son expertas en eso, pero lo que es yo, tengo una prof.... (TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL.........TÚNEL)
...unda ilusión de nosotros. Es extraño, pa mi el nosotros tiene una bella connotación, un coito gramatical, el arquetipo de unión, de dejar el mi, para pasar al ambos.
Seguramente, y lo comparto, soy un estúpido, pero me proyecto, trato de evadirlo, escribo, leo, calculo, pero ese futuro futuro se adelanta de fantasias y me llena la cabeza de posibles, el paparazzi implacable de mis ideas.
Yo, yo haría esto siempre, pero el siempre es camisa grande, o blusa en su defecto, para algunos; siempre pienso en el siempre y siempre llego a nada, ahora, me despabilo y confió en que me esperará sonriendo.
Curva en cuesta Zapata, me cuesta concentrarme; ¿será acaso ella a quien he esperado, me daría cuenta si fuese ella?
He de am. (TÚNEL..... ....TÚNEL. ........TÚNEL .........TÚNEL. ........TÚNEL .........TÚNEL. ........TÚNEL. ........TÚNEL .........TÚNEL .........TÚNEL .........TÚNEL .........TÚNEL .........TÚNEL) ... ar cuando ame desde el mi o desde el nosotros? ( omitiría los pronombres distintos al nosotros, para perpetuar las uniones, para rendirle honor al amor, para zanjar lo anterior sin apelación, para hacer de la generosidad una regla gramatical.
26º, 11:22, quedan 50 km, a 100 km/h, siendo muy perspicaz, calculo que llegaré en 30 minutos; la carretera proporciona un fono emergencia, ojalá la vida copiara esas buenas costumbres: << - Alo!, si emergencias, buenas tardes. - Hola, sabe que se me acaba de asfixiar un sueño, que me recomienda......>>.
Mas cerca y mas nervioso ( un letrero de Aló Jesús, se cruza, la vida también guarda sus modales).

La cordillera de la costa tiene naturalmente arbusto de hoja perenne, no mas altos que tres metros, también hay pinos y eucaliptus, reyes de la explotación forestal chilena. Son como criaderos de madera, la que calienta sus hogares y enciende los fósforos que encienden su cigarrillo o su calefont, madera que construye casas ahora. Ahora me saludan con sus pañuelos de hoja larga, a un lado del camino, a ella le gustan los árboles, a mi me gusta ella, con o sin bosque...
Observo, solo observo, una feria de techos improvisados en av. Argentina
Hace frió al descender
Ella me espera
y cuaja un nosotros
en algún lugar
al oeste

Después lo sabría...
era un nosotros
que no era mio

y me quedé sin pronombres para nombrar mis despojos.