31 diciembre 2005

Inicio

La creación es la voz del Verbo,
y todas las criaturas son
como un coro de voces
que va repitiendo este mismo Verbo.
Santo Tomás


De pronto, aparecí en una sala (creo que es eso) blanca, típica, de esas pintadas color silencio, ventanas tan amplias como un punto, esquinas tan acogedoras como las manos de quien no recuerdo mas que por sus pies. Recordé como hablar, y mis palabras tiñeron el aire de imágenes, pronuncié el primer poema de los dones.

Gracias, a los escondidas voluntades
solapadas tras sacos de sueño
por presentarme acá
por el lenguaje olvidado se tiempo
por la rosa que palpo y no tiñe
por la fugacidad de una mañana
por recuerdos que tengo y no me acuerdo
por esta soledad que me purifica del ser
y el ser que divaga en la mañana...

El lugar en principio fue sorprendente, luego de unos segundos, era familiar, el pronunciar palabras de mi boca, producía, como ya lo dije antes, imágenes momentáneas sobre las paredes, pronto descubrí que cada palabra se proyectaba no solo en imágenes, sino también en sentimientos sobre mi, por ejemplo, al decir amor, me sentía un poco enamorado, ese descubrimiento fue tan sorprendente que me hizo repetir la palabra cerca de infinitas veces, luego, decidí repetir también la palabra odio, dolor, sufrimiento, y muchos sinónimos, para percibir matices de sensación. Estuve en este lúdico juego bastantes tiempos, hasta que la maravilla tocó nuevamente la puerta inexistente de mi saloncillo.
En un momento que no recuerdo con detalles, escribí con sangre sobre el piso, algo parecido a un nombre, luego descubrí que era el mio, luego del acto, divisé que se acercaba a mi una silueta.
La tercera maravilla palpitó cuando descubrí que esa persona era yo mismo, en otro lugar, en el mismo tiempo, tan real como todo en ese lugar. Como una forma de romper el hielo, decidí omitir el pronombre tú, ya que el yo suplía todas las necesidades.
También descubrí que el acto de escribir, al ser mas eterno que el de solo pronunciar, hacia que los objetos evocados permanecieran por mas tiempo a mi lado y escribí el segundo poema de los dones:

Escribo por la pluma que tiñe mi libreta
sobre un universo de luz y lugares
recto por reglas generales como mis suspiros
escribo y beso la noche alta y el día blanco
sobre la tierra que es afán de mi belleza
el día que pasa
el cielo y la tierra
la tierra y el mar
el mar y sus criaturas
que crecen amparados en la luz del sol
y sobre los tiempos pasajeros
Escribo y amo
porque hombre y mujer los creé..

Al séptimo tiempo, hube de descansar

13 diciembre 2005

Negro color Rojo

Pesa la carga, negra en mi hombro
de una frustración vestida de negro
cantando negros réquiem en deshonor
de mi vida, también negra

Camino en callejón oscuro
rodeado por las paredes de mis miedos
infranquables como ánimo
tan incólumes, como el negro.

Muerte y vida ya no me aceptan,
la una me abandono guiñandome un ojo, negro
la otra me robo los calzones
negros de desden y desuso

Aunque a veces sueño con luces
lejanas, difusas, de una vida que me perteneció
luces de estrellas en cielo negro
estrellas al fin, negro al comienzo

Ni para culpar alcanzan, estas monedas negras
nada que decir, de este negro carbon
que entrega un humo negro y espeso
de calor y magia, también bastante negra

Porque negra es la pobreza,
que abate y tiñe las negras caritas
de niños que pelean pa no verla tan negra

Porque negra es la ausencia
la suya, su madre, su hermano o el perro
pero espesa y viscosa es la propia, hermano

Porque cuando uno no esta lleno ni de sus mismas
negruras, invade la negra noche y tiñe el alma de negro color caca
caca que su palito mi amigo
no sacara nunca de su charol zapatito
tambien negro
como la oscura tinta
del negro lápiz
en la oscura paciencia
de la apagada pieza
cobija del oscuro carácter
que toma,
ahora la blanca pistola
y tiñe, de rojo color salpicón
este escrito.....


10 diciembre 2005

Comentario

Quisiera que las siguientes tres palabras abran el debate acerca de la concepción que tres libros sustentan de ellas. Las palabras son: Ego, Tedio y Realidad. Según una postura muy razonable, no tiene ningún mérito sustentar el argumento de cualquier libro en base a cualquier palabra, puesto que el acto narrativo, en la medida en que ocupa un par de párrafos está ya usando la biblioteca universal, más aún, en la medida en que una sola palabra es usada, estamos ya ante el presente, el pasado, y el futuro, ya que de alguna manera todos los fenómenos se ligan de formas más o menos sutiles con la palabra, cualquier palabra. En este sentido asociar un concepto a un libro no es gran cosa, pero ¿quién es tan exigente?

Se puede argumentar que el Ego es un motor de vida, puesto que las ambiciones que genera, ciertamente nos hacen realizar las modificaciones necesarias en nuestro entorno. Sin embargo eso es darle al concepto una envergadura que no tiene, la actitud “egoísta” no es más que el anverso, la otra cara, del altruismo, la mutua cooperación, forman parte del mismo acto, me cuido tanto como al otro. Es natural velar por el bien propio, pero eso no es Ego, en el sentido peyorativo que estamos analizando. Desear más de lo suficiente define mejor el concepto de Ego, de allí parte. Es brumosa la idea puesto que lo que sobra y lo que calza en nuestras vidas es un dilema diario, por lo cual cada persona es presa del Ego en la medida de su sistema moral. Librarse del ego parece un problema insoslayable. Este nos mantiene tensos, ruborizados, acomplejados, y sin merecerlo nos aleja de las ventanas de felicidad que la vida parece ofrecernos, a veces el Ego es como un cartel que le anuncia al mundo que también somos miserables. La lucha diaria más común es la que hacemos frente al Ego, pero el de los demás, tratamos de arrancárselos, es peligroso para nuestros intereses. La lucha más difícil, la menos común, y la más lógica, es la que hacemos frente al ego propio. Quemar el ego, es paso constante y fundamental en el creyente, al menos el cristiano, “Niégate a ti mismo, y sígueme”, suena muy parecido a “Deja de reclamar, y confía”, creo que las razones por la cual desconfiamos tienen mucho que ver con el Ego, más de lo que parece. Bueno, en esa línea un tanto mística, y acá hago particular lectura, sin imponer la visión y abierto a la posibilidad de que esté incurriendo en el error, se encuentra a Sallinger, que con “Franny and Zooey”, hace uso de la realidad cotidiana de una curiosa, pero al parecer, típica familia norteamericana (Es la historia de tres hermanos, principalmente) para narrar la batalla, quizás la propia gran batalla de Sallinger, contra el Ego. No es claro si el libro presenta la consecución de la “Liberación del Ego”, como un objetivo de trascendencia espiritual, o como un hermoso y originalísimo objetivo al cual puede aspirar el ser humano como, aquel común y corriente, que es vapuleado por la vida, con un énfasis especial en aquellos que no quieren negarse tomar conciencia de la realidad que se nos escapa eternamente. En ese sentido “Franny and Zooey” viene hacer el complemento de un argumento que deambuló brevemente en otro de sus libros, y que dio título a “El guardián entre el Centeno”. Cuando la pequeña hermanita del protagonista le interroga respecto de las intenciones que éste tenía con su vida, él le replica evocando una imagen muy conceptual. Contesta describiendo un gran rectángulo, cubierto de algo así como paja o centeno, que constituye el borde de un gran precipicio. Sobre el centeno, juegan muchos niños, diferentes, corren riesgo de caer. Entonces le explica a su pequeña colorina hermanita, que él aspira a ser nada más y nada menos que el guardián, aquel que vigile que ningún muchacho se caiga. Si cada muchacho jugando representa un deseo, una idea, un sueño o ideal, distintos entre sí, entonces el joven protagonista se transforma en el concepto mismo de la entrega hacia los demás. Mientras el resto está preocupado de sus choques, y juegos, siendo reconocidos por sus pares sobre la paja, el joven protagonista aspira nada más que a preservar la vida, lo justo y lo suficiente, adiós al ego.

Al parecer esto se ha extendido demasiado, quizás prosiga con las demás palabras y libros en otra entrega, gracias por leer a Bob.

05 diciembre 2005

La historia que no vale la pena contar

Se estaba yendo para su casa, luego de la juerga de turno, los personajes de siempre, las conversaciones adecuadas. Una vez más todo había salido como correspondía y ahora era tiempo de ir a casa, donde nunca quería llegar. Pero siempre llegaba, y se desquitaba de esa llamada desdicha con todos los que vivían allí, incluida su madre, quien le cuidaba como único primogénito; incluso con Oso, el perro, que solo movía la cola cuando él se acercaba. Entraba a su pieza con unas ganas tremendas de encontrar algo que reprocharle a cualquiera, y todas eran excusas: un ligero desorden, algún mandato no cumplido, etcétera, el estallaría en gritos y no había mucho que hacer. Al menos ya era demasiado tarde.

Según la madre, tantos años de salir-a-tomar-con-los-cabros le había hecho mal para su actitud. Recuerda que antes de él salir de cuarto medio, era lo más sano que se podía pedir; de hecho, ni siquiera había probado el alcohol. Una vez que comenzó a salir a hacer una vida en un universo algo más abierto a sus deseos, sucumbió su espíritu dadivoso y maleable: una frase dicha con la suficiente convicción, por cualquiera, era tomada como hecho, y así muchos charlatanes fueron formando las costumbres del muchacho. La ternura era tabú, la rudeza, símbolo de virilidad. Tuvo mala suerte, habrá que decir, este cabro; no todos los caminos vacilantes, aunque una gran mayoría, llegan a estos lares.

La evolución es clara, las estadías en casa significaban para él, el único lugar disponible para dormir, y la hostilidad adquirida al haber sido acostumbrado de tan vagas, pero poderosas y funcionales costumbres, era cada vez más impenetrable. La madre hizo lo posible, aunque ella piense lo contrario. Ante una persona tan poco definida, con tantas culpas acumuladas, los caminos se pueden bifurcar de muy distinta manera, y esas culpas iban directamente al padre, y a la madre, y a los hermanos, en fin. No había culpa en ser como él era, sin embargo, no había posibilidad de ser como él era, en ninguna parte con algo de sociedad. El abuelo solía darles coraje a los padres para que le dieran una paliza a su debido tiempo, un gran y vistoso golpe de sociabilidad, una manera de convertir ese poderoso orgullo que tanto lo alejaba de la familia, en un valor algo más colectivo. Había amor en su severidad, quizás demasiado escondido para que sus padres se dieran cuenta.

Mala suerte, tuvo el muchacho, pues necesitaba del amor a la fuerza de sus padres, de los cuales perdió la mitad en un incidente muy confuso para su entendimiento, de donde se perdió cualquier atisbo de cariño en él. “Lo perdimos”, pensaban al verlo, ojos siempre esquivos. Fueron compensadas las horas de angustia con horas de inconsciencia, aceptaba todos los ofrecimientos, era su puerta de escape. Su madre nunca desistiría en sus intenciones de acercase a su corazón, a hacerlo sentir en casa, pero ya no había caso. Su amor era tierno y acogedor, pero no podría hacer mella en él hasta muchos años después.

La historia que te contó a ti fue que salieron a carretear a Donde Tomás, que se habían tomado unas 15 chelas entre tres, que todos los miraban porque tenían la mesa llena de botellas, y que después de salir, el Charly se quedó dormido en el paradero y él no se acordaba como había llegado a su casa… y siempre te lo contaba entre risas.

27 noviembre 2005

Reclusión

El maestro Sémpulo pone como primera condición el que ambos estemos dentro de la antigua sala de edición, durante a lo menos cinco días, escribiendo con vehemencia, no hay temas en específico, no hay límites, sólo escribir y escribir, durmiendo lo menos posible (eso queda a nuestro criterio) y comiendo las raciones que el mismo maestro nos va a destinar. Estaremos uno frente al otro, tú mirarás a través de la ventana, la colina del verde más intenso, y te distraerán las diligencias que por ésta época traerán los jabones y menjunjes desde la ciudad, yo en tanto, estaré algo distraído por el fogón que se mantendrá encendido para hacer la tarea más compleja, así lo dispuso Sémpulo. El plazo consta de una cota mínima, pero según el maestro, no es necesario especificar hasta donde llegará todo. Por momentos siento un gran tedio respecto a esto, pero es más fuerte la convicción. Si tú no aceptas, esto no se hará, así que espero tu respuesta mañana. La Monta Gaborna se guarde en tu lecho para que la gran mente limpie tu sueño del hastío, de la pena y muerte que es ser el que no quieres ser.

Bien muchachos, sean dignos de la decisión que los trajo hasta acá y culminen la empresa. Si no tienen inconveniente, pueden empezar, yo me retiro. Los veo en un par de días.

Ahora iré a meditar, Sémpulo, tienes un gran nombre forjado entre los sabios, pero hasta el más idiota podría comprender el inmenso trabajo que cuesta ser un maestro, lo que nunca comprenderá es el inmenso esplendor que se vislumbra al estar en este estado. Pero ya basta de autocomplacencia, lo mejor será comenzar de inmediato a depurar las iras, ¡cómo se reproduce la ira!, es una generación espontánea, justo como los hombres de ciencia dicen que nacen las bacterias. Concentración, respira, bah, olvidé esa técnica. Estoy preocupado por los muchachos, ¿habré actuado bien al someterlos a una prueba de cuya utilidad y validez no estoy seguro?, claro que sí, no te dejes confundir, ya viste el por qué de ese acto, surgido desde el profundo hálito de la historia que se guarda en ti y todo hombre. Es imposible concentrarse así, lo mejor será vigilar sus palabras, no sea que digan “daga” y surja la daga.

Haber, comencemos por Alberto: “Estado, ni quieras esconderte de mí, con acero hirviendo soldaré las manos que nieguen la justicia, y ustedes, gente limpia y culta, son la injusta escolta del tirano, a quien ya soldé las manos de tanto clamor que tengo”. Creo que Alberto continuará esa ficción por un buen tiempo, y el tono se irá poniendo grosero, pero la muerte no rondará, pues en el centro de cada palabra existirá la gracia. Puedo quedarme más tranquilo.

Y Diego, qué estará anotando: “Tres velas, cuatro tasas, cinco cuchillos, es todo lo que lleva, pero es peligroso por que se le pueden caer todas esas cosas, o peor aún, puede caer sobre las cosas”. Está tratando de concentrarse, no le hace bien la falta de sueño, probablemente luego de un descanso recuperará la senda correcta, forjada de ladrillo indisoluble, y creará pequeñas e insignificantes figuras, quizás apenas forme una columna de tres ladrillos, pero será su columna.



Han pasado tres días y Diego escribe sobre crímenes cometidos en una gran ciudad, está tan embebido que sus ojos ya no son los de un simple narrador, sino que también los de un criminal, y son realmente de un malvado. Si Alberto llegara a cruzar miradas con Diego ahora mismo sería pavoroso, ojalá Alberto hubiera cambiado el tema, pero sigue siendo el ajusticiar impíos su principal narración, los ojos de un asesino y los ojos del que condena a muerte, se pueden cruzar, me temo que es inevitable que se crucen, si es que ya no lo han hecho. Qué inmensa angustia, ambos son tan buenos y puros, pero son humanos, qué gran irresponsabilidad la mía, ¡estoy generando una tragedia!. Alberto: “ …y ya no importa el temor individual, ahora es tiempo de sentir con los sentidos del cuerpo social, ese que tiene una gran espada tangible y espiritual, esa misma es la que se blandirá en tu cuerpo cerdo asesino, ya casi siento que tu sangre es agua que purga el enaltecido cuerpo social..Oh, cuerpo social, te amo”. Es tremendo, estoy percibiendo una infinita tensión en Alberto, estará quizás ajusticiando a su propio amigo, creyendo que es lo justo, confundido entre la realidad o la narración, no me lo perdonaría. Quizás es sólo un temor infundado, probablemente no tan infundado si llegaran al décimo día.

Diego: “Marca tu posición en el terreno de juego, eres pequeño, pero hábil, inteligente como ningún otro, tienes la fineza de Rubio, ¿te acuerdas cómo terminó ese tipo?, primero un don nadie, luego un Dios del fútbol, el futuro de tu país pende de un hilo, y de ti, rechaza la tristeza, la desazón”. Diego está ocupando palabras extrañas, afortunadamente sigue vivo y ha cambiado de tema, quien sabe en qué recoveco de su propio presente eterno está habitando. Siento alivio, ahora estoy pensando que una posibilidad que vislumbré tiempo atrás será la que se cumpla cuando todo esté consumado.

Diego: “Un ser lánguido y de apariencia sincera crea una historia que contiene mi impronta de manera perturbadora, casi podría decir que él mismo es quien narra lo que yo escribo, tal vez es el creador de”
Alberto:” esta historia, y siento que no puedo escribir otra historia más que ésta, por más que sueño personajes, conflictos, o quiera describir ciertas maravillas…”
Diego: “de la vida, no puedo. Siento que esta historia la escribo pero que no es nueva, me es imposible ya mirar a.., extraño no encuentro las palabras para llamar por su nombre al tipo que tengo enfrente, extrañamente cobro conciencia de su presencia ahora, y no me produce empatía de ningún tipo, apenas cobra sentido”
Alberto: “el razonar sobre esto, de alguna extraña manera me invade la tristeza, no, más bien es espanto, me desdibujo, y toda mi identidad está volcada al papel, soy lo que escribo. No he mencionado un hecho terrorífico”
Diego:” un hecho que me tiene intrincado hasta la médula, y es que mi voluntad, esa que se expandió al paso de las horas, existe, pero tiene tiempos secuenciales, siento como si al tiempo en que yo existo excluyera el Ser de algún otro, como si mi narración no fuera sincrónica, sin embargo, la siento fundamental para que suceda lo que libremente surja, soy pasado fundamental para un futuro que no necesariamente pertenecerá a lo que yo narre, está tan atado el futuro a mí como yo a él, una historia tan enorme que la construyo al mismo tiempo que ella se auto construye”
Alberto: “Tengo un cuadro hermoso a mi lado, trato de inventar otro escenario, pero de mi mano sólo surge la verdad ineludible, mi cuerpo está exhausto, y no podría poner un adjetivo diferente, pues está exhausto, y siento la obligación de aclarar que necesito detener esta vorágine, por más que traté de evitar el que se aclare el hecho de que estoy exhausto no puedo hacerlo”
Diego:”es imposible que culmine esta historia, no está en mí el hacerlo, quien escribió la inverosímil situación de dos tipos escribiendo como locos”
Alberto: “está pensando, en estos momentos, que los protagonistas deben guardar profundo silencio, por que ese es la única razón de un final, no es la intención de acabar una determinada historia, sino la condición natural de volver al silencio”
Alberto: “en algo más de tres líneas desataré el silencio de mi historia, no sin antes mencionar de que a quien describo como el creador de esta historia, probablemente esté siendo acallado por una narración ajena a él, como una nueva medida de piedad por parte de quien o qué esté tras de su escritura, que ya también es nuestra”

14 noviembre 2005

Cultura

Incontables veces en la misma situación, en algunas, toma armas y
muero con valor, en otras, solo el tiempo me acompaña, en el sepulcro
hasta la muerte.
Estuve al principio, cuando Alejandro invadió el mundo, morí frente a
su hierro, y morí nuevamente frente al hierro persa, Lloré dos siglos,
delante de las ruinas de la biblioteca de Alejandría, me desangré al ver como se prostituyó helena en el entrecasco y la entrepierna romana.
En Roma me desaté, presidí sus fiestas y orgías, mientras me forjaba
para el futuro en los estudios de los sabios.
Gracias a los brazos de Roma, me extendí por el mundo, luchando mi
propia guerra, sin sangre, sin sufrimiento (físico, al menos).Pisotee
varias culturas, antes de ser pisoteada por las olas de bárbaros del
norte.
Escondí mis alas y me refugié en Bizancio, adopté el Cristianismo, que
sano muchas corrupciones y produjo otras. Me desarrollé en Asia, bajo
el imperio del sol naciente, en China y sus alrededores, me mantuve
incólume por cerca de 4000 años, mientras en Europa vestía de monje y
acumulaba vasallos.



Esperé un tiempo razonable, hasta que Europa quizo humanizarme, deje
las altas esferas metafísicas, para centrarme en el hombre. Mis
cirujanos me reconstruyeron, y pude percibir nuevamente a la helena de
antaño, joven ya no, mas muy alegre.

Los Hombres, que siempre me aman, me llevaron en barco, a recorrer el
mundo, así, acogí a los indios en América, destruí sus dioses paganos,
se generó una nueva raza, desde donde nuevamente pude tomar bríos y
renacer, como tantas veces en la historia del Hombre.

Así Infinitas veces, los españoles me pusieron en boca indígena,
además de sus enfermedades y su idioma. Extendí mis brazos, a cada
libro que llego al nuevo mundo lo bauticé en mi nombre.
Ahora la mayoría de las culturas precolombinas solo sobreviven en
museos, mientras yo me esparzo por las mentes de los hombres y
mujeres, algunos se niegan a morir, pero aún así, el tiempo los
matará, el tiempo, que en cierto modo también me pertenece.



Algunos critican, sobre la transculturación de los pueblos, que
deshace los rasgos propios de cada cultura particular, volviéndose en
una mezcolanza de actos sin identidad, pero ¿que es la cultura?, sino
mas que eso, la mezcla de ideas, que a veces pisotea sin querer lo
propio, o lo ajeno, no creo que esté mal, mientras podamos ser libres
al expresarnos, y pensando, profundamente si lo que hacemos, nos hace
bien como seres individuales y colectivos. En un tiempo sabíamos que
los derechos humanos eran buenos, en otro los negamos, y aún lo
hacemos, la cultura en si no es buena o mala, no podemos pretender que
todas las culturas permanezcan inalteradas, porque no es así como se
desarrolla el planeta, ya lo hemos visto, por lo que hay que velar es
por la libertad al hacerlo, ya pasó el tiempo de guerras y pisotones,
ahora busquemos la libertad (el el sentido total, inalcanzable casi),
en todo acto, incluso en el de elegir, que somos y de donde.

03 noviembre 2005

Era un Conjunto de Almas

Dueña de una de las risas más estridentes que haya escuchado, la señora Amada sorprendía siempre a los vecinos con grandes banquetes y fiestas memorables. Era inevitable, te envolvía en un manto de miradas y risas, mucho tacto, te llegaba al hueso en un par de segundos, el sólo avistamiento de su figura significaba un cambio de planes. Por años, ella fue el significado de comunidad para todos los que vivíamos alrededor suyo. Aunque inició como una verdadera molestia. Era costumbre asomarse por la ventana al salir, sólo para evitar el encuentro –siempre entrometido, nunca diplomático- con ella, un huracán sin fin. Siguiendo con las tácticas evasivas durante largo tiempo, se esperaba inminentemente el alejamiento definitivo, el captar las indirectas, mas lo único hallado fue una tozudez sólo comparable con la de la naturaleza misma. Brava, pesada masa de inercia, la señora Amada.

Luego del incómodo comienzo –cuando las vecinas se encontraban regando el jardín, de ella es de quien hablaban-, la señora Amada empezó a ganarse el cariño de todos con gestos inauditos: sorprendió al pequeño Ismael por la ventana de su cuarto, esa semana que le dio varicela, llevándole una tele que le sobraba –los papas de Ismael no tenían mucho dinero, hay que recordar. Al esposo de la Nacha, se lo ganó cuando le llevó un humeante plato de su especialidad, charquicán, el sábado en que se quedó solo en la casa, trabajando. Cosas así la pusieron por sobre su poco entendida personalidad, trascendió por sobre sus debilidades, y los vecinos llegamos a ver quien realmente era, porque su ser era demasiado grande para poder ser otro a la vez.

Una vez que comenzó a ser parte de nuestras vidas, llegó a posicionarse de manera tal que su ida fue muy sensible, dolorosa, un grupo de órganos que no funcionan bien ante la ausencia de otro. Ella era a quien todos acudían cuando tenían un problema; ella era la primera que estaba en la puerta de tu casa cuando algo bueno había ocurrido; ella, la primera invitada de la lista. Pero no me quiero adelantar.

Cuando salía del trabajo el día viernes, pasaba al supermercado y buscaba una botella de lo que fuera y una bolsa de hielo, era esto a lo que nos tenia acostumbrados, así como Jorge siempre era el encargado de los aperitivos, todo esto para el “ritual de la tía Amada”, como le llamaba. Este siempre era una sorpresa, nunca sabías que es lo que iba a aparecer esa semana, pero como niños alrededor de una fogata en el bosque, nos quedábamos quietos y ansiosos, dejando escapar la imaginación. Y era éste su pequeño secreto, ponernos en circunstancias conocidas pero muy olvidadas, recordándonos que alguna vez, quizás por solo un instante, vivimos cosas muy contradictorias a las vivencias actuales. De estas reuniones uno nunca salía igual a como entraba, el tiempo parecía perder sus propiedades estando dentro de esa casa. De esta manera, siendo todos los vecinos de la cuadra invitados, se empezó a crear un sentido de comunidad como nunca antes había visto. Éramos todos cómplices, todas las cosas que vivimos con la señora Amada nos metía dentro de una dimensión de la que sólo nosotros conocíamos su existencia. Así fue como empezamos a organizarnos como conjunto de personas, un conjunto totalmente homogéneo, que salía a las calles siempre con una meta clara y unánime.

De las primeras cosas por las que "salimos a las calles" se cuenta la lucha por conseguir un parque para los niños, el cual se logró llevando una convocatoria del 100% de los vecinos todos los días a la puerta del alcalde, durante casi un mes. Siempre había alguien que podía suplantar a un ausente, el compromiso era el mismo para todos, por lo que la cantidad de gente siempre fue la misma. No había mentira que aguantara un mes, así que después de unos meses de construcción, los niños estaban columpiándose y jugando a la pelota en el flamante pasto. No sintiéndonos lo suficientemente victoriosos, pero sí más vigorosos y seguros de nuestras capacidades como un todo, fuimos tras metas un poco más ambiciosas. Con la misma perseverancia, logramos una y otra vez lo propuesto, aunque cada vez las barreras a derribar eran más y más fuertes. De esa manera se llegó a luchar directamente con el gobierno, una batalla terrible, mucha de nuestra gente perdió el trabajo por tal devoción a la que llegábamos en nuestra causa. Las fuerzas parecían mermarse, pero había algo que nos mantenía a flote, mejor dicho, alguien. Creo que saben a quien me refiero. Ella nos organizaba y mentalizaba cada vez que había una nueva causa, relativizaba los peligros y las dificultades de manera de que todos salíamos a las calles con la cuota justa de compromiso y seguridad. Cuando estábamos frente a las autoridades –ejerciendo siempre la resistencia pacífica, nunca llevando ni armas ni actitud bélica- nos hacia reír y dirigía todos los gritos, ella era quien conversaba con los peces gordos, quien entregaba las cartas, quien unía más gente a nuestra causa. Siempre llevó al grupo con ejemplar liderazgo y seguridad. Nunca se salió de sus cabales.

Como decía, se llegó a luchar directamente con el gobierno, en una lucha incesante y eterna, fueron meses de levantarse temprano, escribir los carteles con los que saldríamos a la Moneda, llegando allá a las 9 de la mañana, resistiendo cualquier contratiempo, demostrando un enorme compromiso por la causa, la cual era bastante compleja, e involucraba leyes a cambiar, movimientos políticos y una inyección monetaria importante. Cada día la señora Amada llegaba con una nueva carta para el presidente, con distintas ideas y motivos para que las cosas sucedieran. Y luego de un tiempo, se empezó a ganar atención; la presión contra el gobierno creció y la gente empezaba a tomar en serio a este grupo de personas normales. Entonces, las cosas cambiaron.

Un día de esos estaba lloviendo a rabiar, pero a pesar de que le advertimos a la señora Amada que era mejor que no fuera, que dejara a los más jóvenes por esa vez, ella fue. Y al día siguiente, un horrible y estruendoso grito nos despertó en la mañana. Era ella, pálida, temblando, se había caído en la ducha, tratando de levantarse para no dejar de ejercer su liderazgo. “Parece que se rompió la cadera”, es lo que les dije a todos cuando llegaron a verla al hospital, leyendo de mis ojos el triste acento de las huecas palabras, porque eso no era lo peor: había contraído una neumonía, que a su edad podía llegar a ser fatal. Ese día no fuimos a la Moneda.


La primera noche en el hospital, me quedé yo y tres vecinas más, sentados en el pasillo, cubriéndonos con unas frazadas y comiendo lo que nos iban llevando el resto al pasar las horas. Se me ocurrió entrar a echarle un vistazo, mientras las chicas dormían, a pesar de que lo tenía prohibido. Lo único que encontré fue un cuerpo inerte, siendo ayudado para mantener la respiración. No había risas exageradas, no había señora Amada.



Próximamente, el imperdible desenlace de… Era un Conjunto de Almas.

30 octubre 2005

Yo - Pueblo

Pasan acá tantas cosas,
me duelen las muelas,
mis quijadas ya no aguantan, y mis piernas son flacas.

El hambre es mi cena la mitad de la vida,
tengo la mar al frente, y una montaña bajo el trasero,
he venido aquí no sé ya cuanto tiempo,
los ojos de la gente, llenos de ego,
eso es peor que el frío. Si la vida me alcanzara
para disfrutar más de estos momentos, estaría agradecido,
pero el cuerpo no resiste tanto, creo que en no más de un año,
mis barbas serán ataúd blanco, que avise a los pájaros
que la cena está servida, por mientras, el cielo es azul intenso,
y ayer fue gris, llovió, y fue bello.

Estoy viviendo para otros,
tengo tantas cosas en que pensar estando solo,
hay tantas historias en una cárcel como en una rama tocando el mar,
¿por qué tantas cosas si el paisaje es el mismo?;
¿por qué soy tan feliz y ésta montaña tan triste?;
tan vivo yo, y tan fatídico el mar;¿
por qué recuerdo un pasado feroz, si no necesito el pasado?,
lo estoy averiguando.

Mi duda más grande es saber donde estoy,
ya sé que todas mis dudas
son gula, pero ¿dónde estoy?
Qué hay más allá del agua que rodea esta
montaña solitaria,
será verdad que este mar azul son negras pupilas,
y que a este cielo lo enmarca un cráneo,
y que cada ventisca
que desordena mis vestiduras, justo como ahora,
es un poema que están leyendo.

28 octubre 2005

Inminente Inmensidad

















No puedo explicar
Por qué veo lo que veo hacia delante
Es tan vívido, tan real
Estoy seguro de que será así
Que tendrá un bello comienzo
Un adorable desarrollo
En algún período de tiempo
Esa imagen invade mis esperanzas futuras
Me llena de confianza, de vigor
Todo será mejor en unos años más

Sin embargo
Esa imagen esta intacta
Hace muchos años
Mis planes han ido avanzando
Me acerco a lo que se llama
"estabilidad económica"
Y el bello comienzo
No sucede

Consiste básicamente en una familia
En una tranquilidad
Incorrumpible
En infinitos pastos verdes
Con infinitas amistades
Techos demasiado altos
Para ser tocados por personas
Cielos como cobijas, arropándonos
Cuando nos quedamos dormidos
En el verde eterno
Confundidos por la inmensidad
Sumidos en la rutina perfecta

Los colores son tan poderosos
Que una vez que empiezan a desplegarse
Solamente cierro los ojos
Y me dejo llevar
Y la realidad se relativiza
Cada vez más

Pareciera que estoy listo
Para la explosión de colores
En definitiva, para ti
Desde que la realidad ya no es la misma para mi
Que para los demás
Rezo como nunca lo hice, con fervor
Porque no te conozco
Me embriago con la esperanza
Mientras me ahorco con la realidad

23 octubre 2005

La Saga de Vigildo (completa, y por lo tanto singular)

Vigildo desarrolló un sistema peculiar para leer cualquier lógica, los pájaros y sus danzas, la jerarquía de un hormiguero, los balbuceos de un infante que trata de comunicar algo, la discusión de las estrellas en sus movimientos descoordinados, la aparatosa maraña de nubes en invierno, etc. Para Vigildo todo es justificable. El problema está en creerle, esto por que la reproducibilidad de sus conclusiones acerca de como funciona un determinado sistema es bastante compleja, probablemente por que el método consiste en lo que comúnmente se conoce como: Meditación. Vigildo cierra sus ojos, se concentra, y comienza a escuchar el diálogo de los objetos. Una pizarrón grande y blanco que ha debido enfrentarse innumerables días a sus mirar, a su calva, su aliento, a las grandes cantidades de oxígeno que este inhala al respirar, sus bravuconadas o sus genialidades. Pizarrón que está presente en cada clase del Lunes a las ocho y treinta que Vigildo dicta en La Sorbonne, éste ha comenzado a expulsar críticas y loas a su labor de profesor, a su calidad de humano, a su inefable desatino con el cepillo de dientes quien le contó al pizarrón con qué tipo de microorganismos ha tenido que lidiar, con qué fría actitud de ira y desgano se siente tratado cada vez que Vigildo garrapatea los rastrojos de comida en su cavidad bucal. Y es que la boca le cuenta las verdaderas intenciones de Vigildo, y la boca censa la situación a través de los dientes quienes están en íntima asociación con el agudo esmalte quien es finalmente el verdadero soplón.

Tomaba notas con vehemencia, poco trabajo le costó sacarse de encima los prejuicios del nulo rigor científico con que llevaba estas observaciones. Para lo poco que van a servir, me importa un bledo, decía….

Vamos Vigildo, lávate la boca con bicarbonato de sodio, dale una buena lección a ese esmalte, le grita una glándula sebácea, y no es de despreciar tan conspicua y evolucionada opinión. La glándula sebácea tiene un complejo sistema de senaduría, en donde cada célula secretora tiene algo que decir, si acercamos nuestro oído lo suficiente, podremos escuchar los vítores de los detractores; los aplausos de quienes consiguieron el quórum, o bien, la terrible respiración de los dictadores en potencia. Las glándulas sebáceas son ciudades-estado, y tristemente suelen caer en guerras civiles que terminan por colapsarlas, aparecen las espinillas. Ni Vigildo, ni yo, ni nadie está en propiedad de despreciar a las espinillas, hay dos teorías creíbles y diametralmente opuestas que impiden al hombre respetuoso y atento tomar partido. La primera nos lleva hacia el rechazo de las espinillas, puesto que ellas serían el resabio sanguinario de una invasión injusta (bacterias). La otra visión es la que nos hace colegir que las espinillas son el próximo estadio de la interacción corporal, siendo ésta una fase revolucionaria y transitoria para una mejora definitiva.

Así el tipo seguía con su vida habitual, tratando de compaginar tanta información. Vigildo era un tipo cascarrabias, pero nadie amaba más que él la vida y sus fenómenos. Nada lo sorprendía de manera negativa, en teoría, nada lo deprimía, nada podría abatir su ánimo de eterno investigador. He de decir que estaba enamorado profundamente de una mujer, y este es un punto sensible, por estar enamorado tenía miedo.

Vigildo comienza a oír el grito de la materia, toda la materia, las abundantes arenas del Gobi se comienzan a quejar contra el Sol, y el Sol se queja contra el reflejo del agua a quien su ira no alcanza a evaporar, por que la Tierra, quien es su supuesta aliada, la hace mover constantemente. La tierra se mueve por una mala decisión de la Luna, mala decisión para el Sol. Las murallas de Estambul le gritan por muertos que no han sido encontrados, al igual que en Argentina se oye el clamor de animales que son maltratados, y en Chile uff, qué terrible, cómo se quejan sus calles de tan horrorosa arquitectura, como envidian a las de Europa que pueden preciarse de un ornato a toda prueba, en tanto estas ríen de la inocencia de Chile por que no saben que acá ha corrido tanta o más sangre que en la segunda guerra mundial. Y los polvos de las habitaciones, cómo gritan, de cuántas cosas no han sido testigos. A ellos se les oculta y sólo en casas abandonadas suelen estar libres, allí se ponen a pensar que la única orden que se les da ya se les ha dado. Los granos de polvo de la casa roja del pasaje Yelcho, tienen la teoría de que ellos se parecen al universo en sus estado puro y abstracto, esto por que sólo se les gobierna con una sola orden, o fuerza inicial en el principio de los tiempos, de ahí en lo sucesivo solamente son. De qué se precian, dice briosa la aspiradora azul k-55, todos somos eternos en algún instante. Soy el cuerpo de Vigildo, puta que soy hediondo.

17 octubre 2005

El menester de ser poeta

Nunca estaré en los salones blancos de la fama, nunca se leerán libros mios, no me estudiarán en universidades, no estamparé mi firma en la historia, nunca, mas mi arte, la mía, es la verdadera, la que nace de las raíces mismas de mi mundo, este que se descascara, soy, porque soy, el poeta del "dama tome mi asiento", el trovador de "Vámonos pa' lo oscurito" o "puta que estay rica".
Amo, como no hacerlo, amo, profunda y apasionadamente, sincera y cálidamente, amo de noche en mi casa, entre mis cartones y mi miseria, amo y sonrío al final, mientras me adormezco pensando que mañana no existe, solo un presente eterno de supervivencia, una daga en mi espalda que siempre entierro un poco mas al acostarme, la daga de la marginalidad, de la resignación, porque nací pobre y así he de morir, entre mis hijos mis cartones y mi vieja, relegando a mis críos a vivir como yo, con pequeñas dagas que han de clavar en sus camitas, al acostarse en sus nochecitas, pensando que sus mañanitas no existen, solo un presentito....

Soy SoySoy, simplemente un grito en los oídos de una sociedad que me desprecia, el sustrato de la lucha publica que nunca llega, soy la promesa de los políticos, el pobrecito que compadeces, y le das tu moneda (o no), Soy de porotos y poroteras, de casas llovidas en invierno y mal olor en verano, soy quien ¿Quien?.

Te horrorizas al ver lo que hago, porque maté a tu hermano por unas lucas, Como vale tan poco la vida, me gritan camino a la cárcel, mi vida vale dos lucas diarias, las que si no tengo han de matar en su ausencia a mi crió, o lo harán llorar por su papa que no llega, al fin la vida de tu pariente fue un acto de Amor, el amor que solo los poetas conocemos, ese que predica tu dios, de dar la vida por tus amigos, yo te la quite, y no eras mi amigo, quizás eso te abre las puertas de tu puto cielo, ese que para mi no es mas que desdicha en invierno, ese que en verano me acalora, ya van seis, seguro que pronto siete, siete hijos, siete muertes, siete años de presidio menor en su grado medio...

Fui, fui poeta, poeta moreno de Santiago moreno, de zapatos gastados por el tiempo y la premura, la premura de alcanzar la siguiente micro, esa que me da el sustento, de traducir poemas en dinero, de recitar vagamente, sin aplauso, sin aplauso.
Ahora alzo mi mano para la siguiente actuación


--
El mismo Sacamano
http://sensitivemike.blogspot.com

13 octubre 2005

Relojes


Reloj empotrado
Reloj caminante, endosado a un teléfono,
o desde una esquina, hablando eternamente, rasgando pedazos de tiempo prematuro,
fijando recuentos innecesarios
Reloj de Sol
Sol un reloj

Manecillas maniáticas, avanzando sobre el circulo
60 medidas de múltiplos de 6, tics frenéticos destruyendo mis células
engordan al bebe, encorvan al adulto
solo los hombres sufren su perfecta dictadura
enfatizamos, planeamos proyectamos,
futuro inexistente, tan cierto como tú.

Melodía eterna de un segundo,
dejaremos de contar el tiempo
para empezar a olvidarlo
ya vendrá otro, que seccione el presente
ya otro escribirá esta prosa
¡el futuro no existe!
pero desde mañana
por ahora, solo olvidemos los relojes
y tomemos te como a las 6.

Reloj biológico
¿Cuanto falta para almorzar?
Tengo ganas de dormir
Tengo ganas de escribir
… ganas de ti

60 navajas, 60 veces
penetran mi cuerpo
establecen mi vida
alejan el comienzo
acercan mi fin
sangran en mi sangre
respiran en mi aire
desdoblan mi futuro
musicalizan el tedio
rompen la paz,
mientras duermo

Reloj, te ofrezco una tregua
descansa de tu tarea
Mientras yo piense en ella
perpetúa la felicidad
Con tiempos falsos
Si no quieres
Te quito la pila, te apago y boto
Justicia solamente
Mi futuro salvo traslaciones

Relojes de arena, relojes digitales
Cruzadas científicas contra lo incomprensible
Vamos a los proveedores de teléfonos
A preguntar que es eso que venden
Y cuanto vale un paquete
Con tiempo suficiente para olvidarte

Habrá relojes en el cielo
O dentro de los relojes está el cielo
Para mí
Esta claro
Para Dios
También.

03 octubre 2005

Ideas



Inspiro aire, te exhalo, grato
me elevo en los mundos luminosos
por sobre la capa superficial,
pierdo ahora los ribetes de realidad,
dejaron de interesarme tus materiales

Saludos en la puerta
procedo despacio, los demás pueden distraerse
mi corazón se alegra, en la miel exquisita,
el placer menos culpable, orgasmo de toda una vida
gracias a Dios por la gracia

- "¿ destruir es mas fácil ?"
les presento, ingenuos caballeros,
el lugar soñado, todo creación
nuestra similitud con el creador se ensalza.

Saludos a Platón por tan temprana astucia,
saludos a los moradores del mundo extasiante
iniciaron la senda, mil veces recorrida
seguirlos quiero,
descubrir un predio nuevo

Maravilla de la vida,
puedo llevarte desnudo
estamparte en un papel,
comunicarte por el aire
arraigarte en un poema
y aun besarte por las noches

No quiero parecer farsante
no quiero padecer, distante
mantente cerca,
hasta que la lucidez se canse
de ahí en adelante
mi tierra será la tuya
la cordura seré yo
mis miedos y amores
una sombra gris estampada en mi puerta

De un momento a otro
Cuan agraciado es el orate
Cuanto te envidio
Cuanto te envidio…

Y tú, ¿Que piensas?

13 septiembre 2005

Bastaron sólo tres días....


Atravesamos el bosque rápidamente, las flechas enemigas solo buscaban probar nuestra sangre, nosotros de mezquinos nos rehusamos, mientras el vaho de nuestros cuerpos nos hacia cada vez presas mas fáciles de esos cazadores, a los que apodaban Destino y Muerte.

Logramos llegar a un claro, el que se oscureció por la luz de la luna y se ilumino con nuestro beso, ella me dio la mano y yo le di mis sueños, los cuales montamos cabalgando hasta el horizonte, en sendos caballos con herraduras de estrellas, que resonaban en la bóveda como un cántico, que nos arrullo hasta despertarnos.

Al atardecer, llegamos al horizonte, donde siempre esta amaneciendo, y nos servimos un café, hecho con trigo de las espigas de su pelo, y azúcar negra de mis músculos de artesano. El sol nos contó aventuras y nos regaló coronas de arco iris, nos presentó los reinos de la tierra y cordialmente los saludamos, cortamos un par de sus rayos y forjamos bicicletas.

Seguimos hasta el norte hasta que nos encontramos con nosotros, que montábamos bicicletas, nos saludamos y me enamore de ella.

Yo conmigo y ellas dos, bailamos en el bar de la luna, ella nos sirvió un poco de su miel, nosotros bebimos sin reparos, llamamos a un par de zorzales y con ellos jugamos cacho, los dados eran de hueso y la mesa de un verde color madera. Al terminar me despedí de mí mientras yo hacia lo mismo conmigo, entre ellas se besaron la mejilla y quedamos de juntarnos anteayer, yo pícaramente guardé tres de sus cabellos, luego los usaría para construir una red para pescar ilusiones, pero eso es otro cuento...

Nadie oyó la saeta venir, rauda en dirección a mi pecho, ella me salvo a costa de su sangre, lloramos juntos 3000 soles; en una perla le regale el universo y ella me regaló dos lágrimas, con las que formé una espada blanca, le pedí mi mano de vuelta y con su sangre construí un altar. Ella se despidió de mi y me espera al otro lado del rió, Yo cogí la espada y me enfrente a la muerte, bajamos al infierno, donde mueren las ilusiones de los nobles. Derrotar a la muerte no fue sencillo, empecé por plantar rosas en la lava, rosas que elevaban plegarias humildes, lo que reventaba los tímpanos del destino. El paso siguiente fue algo mas sencillo, abracé a mi enemigo y lo perdone de corazón, y quedo escrito en la placa de la animita donde la recuerdan algunos lúgubres que la muerte murió en manos del perdón, sonriendo.........

Ahora Vida me espera en la ribera de la eternidad, mientras los seres humanos la recuerdan desde el otro lado.Decidí dejar mi espada del otro lado para quien quisiera recibirla, la deje incrustada en el altar, bajo el nombre de Fe...

10 septiembre 2005

Derecho y Revés


Es un problema grave este. Estoy sentado aquí esperando a quien se que no llegará, ahora entiendo lo que sienten las personas cuando les digo que voy a llegar y no lo hago. Creo que después de esto no lo haré nunca más.
La mañana esta bañada de un dorado sol que no consigue ahuyentar por completo el frío del invierno, más encima estoy sentado bajo frondosos árboles que proyectan húmedas sombras. Se supone que me iba a juntar con ella, pero en estos momentos ya no me importa quien llegue, acepto cualquier cooperación para suplir este aburrimiento.
Podría fácilmente levantarme y buscar algo de calor en el tibio sol que asoma unos metros más allá de mi pirca, pero aun no pierdo las esperanzas de que la mujer aparezca y mi alegría junto con ella. Me trato de auto-convencer de que salí demasiado pronto de clases y que todavía es temprano para que llegue, pero mis tripas me dicen todo lo contrario.
La facultad, que antes estaba llena, se vacía igual que el nido de mis esperanzas. He disimulado muy bien mi espera haciéndoles creer a todos que me senté aquí tan sólo para escribir, pero no pretendo levantarme solo de esta pirca, alguien debe llegar, quien sea, pero es imposible probabilisticamente hablando de que no aparezca nadie conocido en esta universidad, bueno, en realidad ya he saludado a varias personas, pero ninguna vale la pena como para irme con ella o para permitirle sentarse conmigo; como ven selecciono muy bien a mis amistades, aunque ahora no me importaría hacer alguna excepción a las reglas.
Quizás lo olvidó, eso significaría que para ella ni siquiera merezco ser recordado. Si por el contrario se acordó y no quiso venir significa que al menos piensa en mí pero prefiere obviar mi compañía. Como se acaban de dar cuenta, ninguna de ambas hipótesis me favorece. No se si servirá como consuelo pero al menos no soy el único que esta solo en las pircas.
No tengo idea de que hora es, creo que estoy sentado aquí desde pasadas las once y media, calculo que ya han pasado algo así como cuarenta y cinco minutos… esperen, acabo de escuchar que son las una, todavía queda la posibilidad de que llegue, me pondré como tope las una y media, otro rato más de espera que ojalá mi estomago pueda soportar; para colmo aún no llega el tipo de la soya.
El gélido viento que corre de vez en cuando cala mis huesos, hoy procuré venir "bien vestido" pero a cambio estoy sacrificando mi calor, todo sea porque se lleve una buena impresión de mi gusto al momento de vestir; ella suele caracterizarse por aquello. Mi cuello ya esta bastante torcido de tanto mirar para atrás y hacia los costados… epa, haré un lapsus aquí: la soya ya llegó y es momento de almorzar.
Y bueno, de vuelta en el mismo lugar, e igualmente abandonado a mi suerte, esto ya no me está gustando, definitivamente no vendrá, pero aún no me quiero mover de aquí, aún creo que como en las películas clase B la muchacha llegará poco antes del final (en realidad nunca pasa eso en las películas, pero suena bien). Supongo que lo mejor para mi dignidad será moverme, salir de aquí, buscar gente; tendré que tomar una decisión pronto, por el momento los dejaré, me canse de escribir, reposaré un rato, hasta luego…
Acabo de saludar a un conocido de ella, acabo de saludar a un conocido mío, al menos no estoy dando un espectáculo de soledad patética, al menos. No llegará hasta bien entrada la tarde, lo se, y no puedo esperarla aquí todo el día, no puedo. Ahora si que me decidí, ahora si que dejo de lado todo esto y voy a dar una vuelta por ahí a ver que cosas pasan, eso haré… ¿y si llega y no me encuentra en el lugar de costumbre?; eh, mejor me quedo aquí, si, es lo mejor. Ya deben ser como las dos, no tarda en llegar alguien, tan sólo me resta una hora para entrar a clases, creo que no será mucha la espera, podría pasármela tejiendo… no, mejor que no. La facultad vuelve a estar rebozante de gente, de toda la gente menos de mi gente; estoy rodeado de grupitos, no me intimidaré, son tipos que vienen a jactarse de estar acompañados, pero yo no memoveré. Vienen a beber su sucio licor frente a mí, pero yo no tendré sed. Resistiré las tentaciones banales cual Jesucristo en el desierto…de su piscola y cerveza no beberé.
Ni siquiera ha aparecido mi distribuidor de cannabis del día viernes, no puedo permitirles a mis amigos que me abandonen de tal manera, no puedo permitirme estas limitaciones… En realidad no he tomado en cuenta algo extremadamente importante en este asusto: ella. Quizás simplemente no puede venir y no tiene como avisarme, ella es una mujer mucho más ocupada que yo, tiene trabajo que hacer y yo no soy una persona muy ubicable que digamos; creo que he sido muy egoísta, sólo estoy pensando en mi situación. Pues bien, ya no pienso que sea tan terrible que te dejen plantado, más adelante tendremos otras ocasiones de salir, no será la última vez que nos veamos, ella tiene que seguir viniendo a la universidad eso es seguro. Ahora por fin después de esta largas horas sentado me puedo levantar tranquilo e ir a clases, cojo mi bolso, dejo que pase ese par de pelmazos y camino.
La clase es una absoluta pérdida de tiempo, decido salir a tejer un poco, hacer que pase rápido la hora para que empiece la parranda, ya me encontré con mi "dealer" y tengo asegurada mi dosis para esta tarde, tengo dinero para cerveza, lana y palillos para mi solo… será una buena tarde. Tejo y tejo, con lentitud claro está, soy un aprendiz, pero soy constante. Aparto la vista de mi derecho y sorpresa: de entre los autos estacionados la veo caminar hacia mí con su amplia y hermosa sonrisa, se acerca y besa mi mejilla; tan sólo por esto ha valido la pena esperar todas estas horas. Tejimos y tejimos, bebemos cerveza y fumamos unos porros, quisiera hacer esto toda mi vida junto a ella. La juerga ya se armó, estamos con la gente "VIP" de la facultad, no lo digo porque tengan dinero o fama, sino porque estoy rodeado de las cúpulas, los dirigentes, los chicos que manejan los hilos de las movilizaciones estudiantiles; este es su ambiente, aquí se siente a gusto, es reconocida y respetada, yo en cambio acabo de entrar a este juego, por ahora soy un invitado, pero en esta ocasión ella y yo venimos juntos. Las horas pasan y el sol se esconde, la gente que estaba con nosotros se marcha y quedamos sólo los dos. La fiesta promete extenderse por toda la noche, pero ambos estamos cansados y ya tenemos planes para lo que nos queda de juerga por este día.
Nunca me había visto en esta situación, sólo ella y yo… ¿seré un tipo divertido?, ¿disfrutará de mi compañía?, ¿podré hablar cosas interesantes o sólo me limitaré a mirarla embobado?, esto se esta complicando para mi, no quiero arruinarlo todo, no ahora que ha sido un día fabuloso, el efecto de la marihuana me tiene confundido… ¿será mejor dejar esto para otra ocasión?, ¿habrá otra ocasión?... demonios, la inseguridad se apodera de mis pensamientos.
De un momento a otro siento que aún no soy lo suficientemente maduro para estar con una mujer como ella… ¿acaso me verá tan sólo como un niño?, prefiero alejarme, una excusa barata bastará para irme, me asusta estar solo con ella.
Tomo mis cosas, me acerco y beso su mejilla, siento el sabor de sus cabellos, le hablo al oído, me gustaría seguir besándola, me alejo de su rostro y la observo por un par de segundos, me doy media vuelta y camino rápido sin mirar atrás. Salgo a la calle, trato de perderme lo más rápido posible entre la multitud, voy mascullando mi derrota, maldiciéndome a cada metro, detestando ser como soy.
Mientras camino trato de chocar con la gente, quiero sentirme rodeado por los otros, los que no me conocen, los que no saben de mis miserias e inseguridades, quiero sacarme de encima esta pesada carga que toda mi vida he llevado encima, quiero traspasarles en cada empujón un poco de mi fracaso, quiero quedar limpio, impoluto, quiero que ella pueda ver mi interior y se vea reflejada en él… tendré que caminar bastante, creo que será una larga, larga noche.

06 septiembre 2005

El Modelo Más Simple

Me ha tocado presenciar como una vida de desgrana. Una vida común y corriente, con aciertos y derrotas, no más allá de lo extraño. Una vida que se acerca a la muerte de manera lenta, hace más de noventa años, como muchas otras, nada fuera de lo común. Trataré de dejar de lado los juicios implacables, también los tenues, toda hipótesis de moral se torna ya antiestética en esta esquina. ¿Quién fue el primero en vislumbrar la certidumbre de su locura de entre todos los que la rodeaban? ¿Qué lo llevó a pensar aquello? ¿y cómo lo recibió?, ¿trató de impedirlo?, y quien sabe, si al no tener coraje, aceleró malamente su propio proceso. ¿Fue mucho tiempo atrás? ¿Cuantos estarán aún secretamente segados, pensado que es una especie de maquiavélico
plan para no lidiar más con la vida?, ¿Hasta que punto no es tan así? Usaría la palabra egoísmo, pero tiene demasiado ruido a crítica moral. Lo que quiero decir es que las inquietudes más vigorosas no surgen por el propio afectado sin no por nosotros, como una unidad-humanidad, que somos. Es una mezcla en realidad.

Yo sólo puedo decir que soy su hijo y ya no me reconoce. Yo sólo puedo decir que no quiso pagar mis estudios hace treinta años atrás. No sé cuando dejó de reconocerme como hijo, pero siempre supo mi nombre, y por momentos la amé como nunca, olvidé rencores a menudo y amaba olvidar rencores, como así también secretamente me atraía esa ira inexplicable hacía ella. Pero tomé mi cruz y la llevé firme. Ella siempre supo mi nombre, pero hace veinte años comenzó a decir mi nombre, el de mi padre y hermano, cada cierto tiempo, alternándolos, matizándolos según la vida se le presentaba. Esto era casi normal, quien podía haber dado una gran connotación a un traslape de nombres. Hace diez años ya me molestaban varios de sus agradecimientos y muestras de cariño. No por que sea un trastocado, sino por que comenzó, sistemáticamente, a agradecerme cosas que yo nunca había realizado. Comenzó a ofenderme por que cosas que yo tampoco había hecho jamás, pero eso me molestaba menos. Las preguntas del primer párrafo se superponían formando una sola, quien lo haya experimentado puede saber que el contenido de esa masa no es ambiguo en absoluto, es una espada y una pared, una sola cosa, es un grito, es un texto que pide estructura y una buena introducción. Planeo en un precario avión sobre mi mente, infinitas dudas escriben una frase, se marca a fuego una pregunta, quién sabe por que le doy y sé le da tanto preámbulo a lo que es obvio: ¿Para qué vivimos? Por ende, qué es la vida, y si es digna de ser vivida, qué es lo digno entre tanta confusión. Mi madre viva no era mi madre solamente, era mi madre y los que la rodeaban en
unidad indisoluble, con todas las discusiones, con toda la alegría y tristeza, hay que ser certeros, mi madre está viva, pero mi madre ya ha muerto, hemos muerto también en ese sentido. Esa unidad que formábamos ya no está, luego la vida, como concepto trascendente, no puede ser entendida como eso, es decir, por la lucidez, por los problemas que te toca superar, por tus hijos, por lo que te rodea o no te rodea. Las capacidades intelectuales no son vida, un cuerpo sano no es vida, no puede serlo, sino el mundo estaría lleno de zombies. Mi madre no es capaz de ponerse los zapatos. Pero sí inventa historias,sonríe y sufre con ellas, inventa conflictos simples que no son tales, nos cuenta historias inverosímiles y se alegra, no sólo eso, dentro de toda la farsa ella aún trata de hacernos sentir cómodos, se preocupa, aún después de todo, por el resto, por soñado e inexistente que sea. Ahora eso me hace feliz, por que sé que tiene lo único que somos antes que el cerebro se funda, lo único que es nuestro, eso que palpamos, ella lo tiene, mi madre es también una irreproductible y maravillosa maquinita de emoción. Quién sabe si más temprano que tarde yo también seré una de esa maquinitas, tal vez sea o seamos el modelo más simple, uno con tres piezas: Corazón y dos cables, uno a cada extremo. Y ahora digo que una vez cumplido el deber que día a día sabes que te toca, no debiéramos temer a la muerte, por que mi, y nosotros madre es digna representante de la humanidad somos humanos.

05 septiembre 2005

Excusas, Excusas



No puedo sino ser brutalmente honesto; son los únicos que me quedan, nadie más escucha, y menos entiende. No tiene sentido esconder todo esto sólo para mí, y aunque parezcan lógicas, una vez terminado, mis razones, están mucho mejor afuera que adentro. Lo que no quiere decir que extradite por fin el virus, este nunca si irá, si nací siendo una lacra (una auto-lacra, nadie ha hecho nada para perjudicarme, nunca), moriré de esa manera. Lo que pasa es que nunca me he sentido parte de algo, siempre están ellos, y próximo, pero circunstancialmente, yo, cuando ellos se ríen, yo me he reído, un par de veces, para ver que pasa, para de alguna manera sentir eso que los hace reír ("puede que sea contagioso"), y han sido seguramente las risas mas horribles que ha visto la humanidad, las más amargas, desproporcionadas, y simplemente, tristes. Pero todo eso del punto de vista del populi, que se alejó rápidamente, como cualquiera con sentido común; yo no sentía mas que remordimiento y asco hacia mi mismo, al querer ser ellos, o algo indistinguible entre ellos, así que ya en la primaria terminaron mis intentos.

Lo que nunca entendí es eso de los comportamientos. Yo no podía dejar de asombrarme, mirando las actitudes de los grupos a medida que pasaba mi tiempo (lento, ellos se movían rápido), porque cada vez y a cada rato cambiaban su manera de ser. Suena insólito, pero de repente se ven muy tranquilos en su asiento, y al minuto siguiente están bromeando, moviendo el cuerpo indefinidamente (lo de los brazos es inaudito), cambiando sus expresiones faciales; los músculos se contraen y mueven casi en pleno caos, nadie controla lo que ellos hacen, el comportamiento lógico no es parte de sus actitudes. ¿Cómo hacer para vivir si no puedes controlar lo que pasa contigo frente a otras personas?

A esta altura seguramente ya los he convencido de su actitud retrograda y sin fin establecido, pero no es todo. Al parecer, cuando la cosa es con mezcla de sexos, el asunto se pone aún peor, imposible de modelar siquiera en un breve tiempo. Porque los cambios son cada vez más bruscos, los movimientos más complejos, las variables más amplias... es realmente imposible de seguir.

La pregunta más obvia en todo esto es, ¿para qué chucha analizo todo esto si se supone que ya me resigné a una soledad acompañada? Pues, los años han pasado, ya dejé el colegio y la universidad y todos los periodos intermedios, para adentrarme a la edad en la que no pasa nada, y cuando no pasa nada, viene el tiempo para pensar en lo que ha sido hecho, y lo que no, las recriminaciones, arrepentimientos, todo un paquete de tristeza. No puedo sino estar tranquilo con la vida que he vivido, en términos fríos, sin embargo, hay un vacío tan grande en los términos mas cálidos, que sólo pensar en él me imposibilita de hacer cualquier cosa. Lo de las mujeres, pues es patético, ya que no pude nunca entrar a su mundo, quizás ellas un par de veces conquistaron el mío, pero fueron justamente las que luego de pasar se llevaron todo, y no dejaron nada, sólo un conjunto de comportamientos adquiridos que me llevaron al fracaso más cíclico en esa materia. Pero todo eso no me importaría tanto, quizás, si de ellas no dependiera todo lo que es familia. Porque, lamentablemente, ellas SON la familia, ellas sin ellos todavía lo son, pero ellos, yo, sin ellas, ella, simplemente son, soy, una masa inerte y sin fin. Ver que no tendré una descendencia me hace ver con mas temor la muerte, ya que después de mi paso por la tierra simplemente no habrá nada con gusto a mi, siquiera con una esencia, y entonces veré que el mundo realmente no me necesita en lo mas mínimo.

Lo bueno de todo esto es que estoy escribiendo ahora, y después no estaré escribiendo, sino viviendo mi vida, una vida que, por mas amarga y auto-restringida que sea, todavía tiene todo a su alcance, porque el comportamiento de las personas no es para nada algo predecible, y quien sabe, quizás algún día yo llegue a ser alguna de esas personas, y poder contradecirme hasta el hipotálamo en todo esto. Por una vida de hipocresías.

14 agosto 2005

Una Historia Sencilla

Cuarenta días estuvo Jesús en la tierra después de su resurrección. Habitó casi enteramente con sus discípulos, preparándolos para recibir los dones definitivos del espíritu santo que descendería sobre ellos en forma de llamas. Estuvo en Europa y América. Escribió en la naturaleza citas en forma de paisajes para que el observador agudo las descubriese. Así hizo Newton en Inglaterra, Hamilton en Irlanda, Séneca en España, y tantos sabios fueguinos que tuvieron su paraíso anónimo en la patagonia. Así nos explicamos muchas cosas, como que pequeños seres vivos, mal alimentados, torpes y egoístas, puedan ser los precursores del incendio de toda la historia en un segundo. Sitenemos el tiempo y la posibilidad, podemos seguir leyendo esas citas en el mismo lugar en que fueron escritas, ellas siguen ahí, intactas. Algunas se pueden leer incluso desde Asia, y esto lo supe por medio de un pastorcito Chino que topé camino a su escuela, una mañana, mientras yo estaba en un congreso sobre comunismo. El pequeño llevaba un libro sobre Chile en sus manos, no resistí preguntarle, mi colega tradujo sus palabras. Su interés por Chile me parecía absurdo, inútil, y estando tan lejos de mi patria, triste y patético. Su radiante rostro pareció leer mis pensamientos, no pudo ocultar un gesto de asombro, pero muy diplomático me largó su explicación. Su lógica erairrebatible, por más que intenté detenerme a pensar no pude, las palabras entraban por línea directa a mi entendimiento, palabra oída, palabra aprehendida. Mi colega Chino, muy estudioso, dejó de preocuparse por mí y comenzó a toma nota de cada palabra que el chico decía, su interés radicaba en que habló sobre la unificación de las naciones, y esto coincidía plenamente, en consecuencias prácticas, con lo que un teórico rebelde del medioevo postulaba.

Cada palabra que pronunció, no la olvido: "Si los escritos no están en todo el mundo es por que cada nación y pueblo debe llegar a ellos, por derecho supremo, el mundo nos pertenece a todos, y la responsabilidad sobre cada lugar de esta tierra es ineludible. Nada le es exclusivo a una sola nación, sino más bien al camino que le ha sido trazado, el camino que nos llevará a la redención del mundo por los propios hombres. Equivocados están los que proclaman la destrucción del mundo, el paraíso en la tierra lo harán los hombres, algún día, cierto es el sufrimiento ineludible, el sufrimiento será terrible pero pasará y ningún cimiento construido será derrumbado". De inmediato pensé, este chico está loco, diviniza la globalización, qué locura, la torre de Babel es sacralizada. Este mundo de transnacionales, de parásitos devastadores, de inmensa soledad, esto es insano. Me sumí en una profunda depresión. Tomé el avión a Chile dos días después del incidente, me refugié en mi barrio. Los pelusas chilenos, los vendedores ambulantes, las viejas gordas retando sus hijos por que mancharon sus zapatos rotos, me parecían sublimes.Trabajé en el gobierno, me encargué de varios programas para superar la pobreza, borré con abnegación cualquier invitación a la locura y desesperanza que recibiera mi mente. Hasta una tarde desconcertante: Fui a comprar ropa chilena a patronato. Una tarde entera sin poder decidir por nada, hasta que dentro de una tienda enorme unos brazos me alcanzan la única chaqueta que me calzó de entre las cien que me probé. Muchas gracias, me la llevo cueste lo que cueste, dije. Cuesta cincuenta francos, dijo una voz con ironía. Reí, y con simpatía quise descubrir el rostro de quien me hablaba. Mi cabeza golpeoridículamente el espejo, me sorprendí, era un apuesto joven oriental, era el mismo niño que pastoreaba, el mismo niño que generó terror en mí. Hablamos toda la tarde, y realmente reafirmé muchas cosas durante la conversación, por ejemplo, noté con alegría que prefiero las emociones a cualquier razonamiento técnico por elevado que este sea. Cuantas emociones vivimos, él siendo un sabio, se dedicaba a ayudar a sus padres e impartir clases de matemáticas gratis. El próximo año entraría a la universidad, estudiará biología marina, quiere aplicar sus conocimientos en la tierra donde nació. Además quiere impartir clases de capacitación en las zonas más pobres de la India, esto dentro de unos treinta años más. Y claro, me cayó la teja, la globalización de la que habla está lejos del lucro.

14 julio 2005

No Me Hablen De Destino

Todos los días los veía en las esquinas, cuando iba a dejar a sus hermanos a la micro, con sus atiborradas mochilas y exorbitantes libros, obligando a todos los transeúntes a observar su realidad. Ella los miraba con algo de celo: representaban la persona que alguna vez quiso ser. Porque en lugar de los libros, tenía en sus manos dos manos pequeñas, en vez de jeans y "ropa de calle", pantalones de buzo raídos y manchados hasta por el revés. Todos los que estaban en ese paradero estaban viviendo el presente como medio para planear el futuro; ella no podía darse el lujo de mirar hacia adelante. Pero todo lo que pasaba en ese paradero todos los días podía cambiar de repente. Por suerte creía en los golpes de suerte, y así seguía la rutina del fracaso. "El país está creciendo, todos los que conozco han conseguido mejor pega, el cobre esta por las nubes, mi casa antes no era casa. Todo esta mejorando, por qué yo no podría mejorar?".

Con esto en mente aquel martes, con la mesa puesta hace un rato, se enteró de que sus hermanos habían sido arrollados, camino de vuelta a casa, por una micro. Lo peor temido después se hizo realidad: ninguno de los dos sobrevivió. Después de saberlo, recordó los pensamientos de la mañana. No lloró a sus hermanos. Al llegar a casa, después de los trámites de rigor, vio la casa sola y los tres puestos en la mesa. Guardó todo rápidamente y no durmió hasta que terminó de planear sus próximos pasos. Al día siguiente salió a buscar trabajo y folletos. El mes siguiente estaba trabajando y estudiando en un instituto. Decidió prescindir de la ayuda de su abuela -que mantenía a sus hermanos desde que vivían solos- y, antes de darse cuenta -qué son los años-, ya tenía un departamento en un buen barrio, un trabajo estable, pero más importante, una vida que dependía totalmente de ella. Hubo que derramar sangre, la de sus hermanos, su sangre, para que fuera posible.

Una mañana, 6.45am, saliendo de su casa al paradero, se dio cuenta: vio a una niña con dos pequeños delante suyo, corriendo, sueño en sus caras y peinados improvisadamente, Cristián, Luis, vengan aquí! les gritaba la niña, ellos volvían y se colgaban de sus brazos y se quedaban ahí hasta que la micro llegaba, para perderse en esa selva de piernas grandes. Cuando se hace el resumen o el recuento de una vida, se muestran los acontecimientos más notorios, y ella siempre quiso que en el recuento de su vida aparecieran los logros académicos y materiales, pero parada frente al paradero a las 6.45am todo eso valía nada. No hizo más que llorar, llorarlos sin contenerse. Trató de explicarse su dedicación por su vida profesional como un tipo de vendeta, de revancha, todos los logros que había alcanzado representaban los anhelos suyos y de sus hermanos, los que no podrían haber sido cumplidos de no haber pasado lo que ya todos saben.

Pero el duelo duró poco, la sangre en el asfalto y bajo las ruedas le regaló familia, una muy diferente de partida, una familia que no tendrá casi nada en común con la que conformaba con sus hermanos, pero esa sangre, la de sus hermanos, su sangre, pasará a sus hijos, y a los hijos de ellos, todos serán un homenaje en vida para Cristián y Luis, fundadores de una generación más tranquila.

10 julio 2005

Aplicado A Una Pequeña Muestra Humana

La manera más fácil de escribir es haciéndolo sobre uno mismo. Por si no se han dado cuenta, casi todos los escritos de mi autoría están en primera persona, y las situaciones y pensamientos del "personaje ficticio" son sólo interpretaciones o versiones de las propias mías. Y está claro que se puede escribir con autoridad y, a veces, con gran fluidez, acerca de uno mismo: es lo más simple para mentes sin imaginación.

Hago esta aclaración al verme tildado diariamente de egocéntrico, siendo majadero un mostrar mi visión de las cosas continuamente. Pero como verán, es culpa de la falta de imaginación -el talento vendría a ser lo mismo. Aunque quizás no sea tan sencillo. Puede ser también culpa de los escritores y aquel oficio en general. Uno se imagina que escribir es lo que saben, quieren y necesitan hacer; los porqué de cada uno difieren, pero no creo que racionalmente, luego de emitir la frase "seré escritor", venga el omnipotente ego. Es algo que no tiene que ver con los motivos ni con las palabras, viene intrínsecamente con la profesión. Y es cosa de analizar básicamente lo que un escritor hace: transmitir -ya sea por necesidad o voluntad- hacia toda la gente que se interese, lo que está en su mente. ¿Es lo que está en su mente algo demasiado particular de su persona? seguramente; ¿Tenemos la necesidad de conocer lo personal y particular de una persona? Esto nos lleva casi al concepto de vivir en sociedad -según quien les escribe-, que es el de conocer y comunicarse con las personas que están a tu alrededor, para de alguna forma conocer otras realidades, ojala algo distintas a la propia, con un objetivo específico: recavar información. Una vez que tenemos más información en nuestro disco duro, aumenta la seguridad y confianza en el entorno y dentro de sí mismo. Pero siempre es más fácil con un ejemplo: ante la entrada de ladrones a la casa de Bob, descubriste que entraron porque este dejo
la puerta abierta y un pastel en la entrada. Por lo tanto, cuando salgas de tu casa y hayas hecho un pastel, pensarás en aquello, y tendrás un robo menos en tu mente.

Entonces, cuando lees un libro y aparece gente que vive una vida, que tiene carne bajo la piel, quieres seguir leyendo, sin pensar tanto en que lo que lees fue escrito por alguien más, sino absorbiendo lo leído de igual manera como si fueras testigo visual y fisico de la historia escrita. Acá es donde el ego se desvanece y pasa todo a ser un archivo de experiencia humana más. Ergo, el oficio del escritor no contiene al ego, dentro de su utilidad para el resto de las personas -desde este punto de vista, no tiene fin en sí mismo, aunque ese es otro tema.

Parece todo claro, pero el punto de discordancia, al demostrarse lo anterior, es el siguiente: ¿está el escritor de estas palabras inserto en el oficio de escritor?.

08 julio 2005

Efecto-efecto

Al levantarse Carolina dejó caer la Biblia que estaba en el velador sobre el paño verde, sin reparar en aquello, continuó buscando lo que la urgía en ese instante. Mas pronto se desocupó y volvióse a concentrar en el paño verde sobre el velador y en ella misma que estaba frente al paño verde. Pensó que todo estaba bien, por lo tanto prosiguió en la ejecución de una tarea un tanto más trascendente que la anterior. Una vez acabada la tarea, volvióse a concentrar en el muro tras el velador delante del cual estaba el paño verde, reparó en la cercanía de ella con la Biblia, que ya no estaba sobre el velador sino que en el piso. Reparó también que no la recogería sino hasta dentro de una media hora, puesto que su posición ya no era vertical, ahora su cuerpo formaba un plano que casi se superponía con el del paño verde que estaba sobre el velador. Carolina no quiso permanecer más en cama y se levantó raudamente ante el insistente llamado a su puerta de color rojo intenso. Toc, toc, traigo el periódico de ayer, dijo la pecosa que solía ejecutar tal labor. ¿El Quince de La Serna?- Sí- contestó la que solía ejecutar tal labor. Desmemoriada, te lo compré ayer. Sí ya sé, pero hoy se lo regalo. Carolina, más exasperada que contrariada, cerró la puerta con vigor, un dolor de cuello que se le venía incubando un par de horas atrás había quebrado su tranquilidad antes de que abriera la puerta de rojo intenso que siempre había sido color madera. Ciertamente reparó en el cambio de color, pero fue un susurro timorato no más importante que la súbita flexión que realizó con su cuerpo para apagar el intenso dolor a la espalda. Los ojos palmo a palmo con las rodillas, respiración acelerada, rojo intenso en el rostro, ambas manos rasguñando el piso, músculos estirados. El dolor aliviándose coexistía con la dificultad para erguirse luego de la flexión, dos manos pequeñas y blancas, secas, como empolvadas con harina, le ayudaron a pararse. ¿Cómo entraste?, me asustaste, no quiero tu diario, dijo ya con menos dolor. -Es el diario de ayer, es gratis-. Qué te pasa tonta, ándate, ándate, le voy a decir al guardia que me devuelva mis llaves, ¡qué mal uso!. No tengo llaves, lea ignorante. Las manos blancas y harinosas contenían los empujones llenos de pavor, sinérgicos, de brazos que no respondían. La mujer del periódico estaba ya en el umbral, aún musitando: "El de La Serna", "llévelo", Carolina la expulsaba, hasta que jalonaron a la vendedora que regalaba diario y la pusieron fuera de una buena vez, algo de cordura, e incuso compasión, manaban de ese breve apoyo a la dueña de casa. Carolina, por un instante tranquila, alzó la mirada y vio sus llaves frente a ella, era el guardia, y sus ojos exigiendo explicaciones, anularon el entendimiento de Carolina. Con una sola cosa en mente, pero ejecutando un plan que no se justificaba con una sola cosa, dejó al guardia en el umbral y caminó hacia su cuarto, reparó que ahora el paño verde estaba sobre la Biblia. Hay categorías de terrores, y éste último fue tal que abismada corrió en busca del guardia que, hasta donde ella sabía antes de recostarse, estaba de vacaciones. Este le abrazó y le sonrió, Carolina no atinó a nada más que romper a llorar y volver a correr.

Cogió la Biblia y la regresó a su posición, sobre el paño verde bajo el cual estaba el velador, frente al cual estaba Carolina observando la escena a través de una, dos o tres lágrimas que dieron extraño fulgor a tanta oscuridad, notó con dicha que su cuerpo formaba un plano que se podía superponer con el del paño verde.

06 julio 2005

El Ultimo Llanto

Debíamos hacerlo, no era por nosotros, era por ustedes, por la humanidad que clamaba, como un niño a los pies del padre, fuimos ese padre, que castiga al hijo por su bien, amamos al hombre como nadie, fuimos los mensajeros del cambio que necesitaban, no todos pueden ser felices, no todos, por Dios, por su Dios... La guerra y sus consecuencias fueron solo el montaje de un cambio más profundo, sabemos que las bombas no destruyen ideales, pero fueron efectivas en lo que necesitábamos que fueran. No valen acaso millones de vidas la felicidad de una, de una que lo pueda disfrutar. El hombre recibió la tierra y todo lo que hay en ella en sus manos, nosotros lo único que hicimos fue reacomodar esaposición en el universo, ampliando los márgenes del mundo, y elevando la condición humana. De que, de que podría avergonzarme, si este era el siguiente paso; podrían haber reclamado cuando se inventó la agricultura, podrían haber reclamado cuando intervinieron la vida, cambiando esa insensible ilógica que llamaban moral. Acaso no llevan mucho tiempo con la vida acuestas como para venir a llorar ahora?. Antes, lloraban por trivialidades, el amor sensible, la muerte, fuimos nosotros quienes arrancamos sus pechos, quienes les enseñamos lo miserables que podían ser, no se puede redimir sin sufrimiento, no se puede ser feliz sin haber llorado desde el estómago. Les dimos la Luz, ustedes se taparon los ojos con barro. Todo aquel que ha sangrado al borde mismo de la muerte quiere siquiera picarse un dedo nunca más, nosotros teníamos el poder de encarnar la violencia pura, a modo de tatuarla en la conciencia humana, para que nunca nadie se atreviera a alzar sus manos en contra del prójimo, y lo hicimos, no era mas que nuestro deber. No crean que tratamos de enseñarles el bien por medio del entendimiento, lo intentamos, mas de dos milenios, pero el hombre es el ser mas débil de la creación, no aprende mas que con caídas, necesita marcas indelebles en su cuerpo o en su alma para recordar lo que debe y no debe, solo fuimos esa marca, que debía trascender en el tiempo, por siempre, en un dolor tan profundo que fuera transgeneracional, una expiación continua y lo logramos, aunque no quede vida con quien compartirlo.....

03 julio 2005

Eres Más Bella Cuando No Te Escucho



Esto es porque todos los días la "señora/señor" en la "micro" viene y me mira con ojos desgarradores, me hieren y yo me alejo, después no miro más a la "señora/señor". Es también por las cabezas estudiantes en la biblioteca, que se levantan cuando llego y se desilusionan al segundo siguiente, no me importa, me preocupa que se desconcentren de tal manera por mí, porque nadie me esta esperando nunca en la biblioteca, no conozco mucha gente que vaya a la biblioteca y se siente allí, para ser una cabeza estudiante devoralibros; si nolevantaran las cabezas, podría sacarme los audífonos de vez en cuando, si no cuchichearan a mis espaldas yo dejaría de encerrarme en el cubículo que escojo como hogar momentáneo -me da horas de sueño y estudio y a veces comida y relajo-, pero cuando me voy de allá, ya no es hogar, de nadie, otro día voy a escoger otro cubículo y será como mudarme, pero como son momentáneos hogares, la mudanza durará un par de segundos, mi yo no sufrirá por las extrañas paredes, porque los cubículos son todos iguales, que práctico, ahora entiendo a esa gente del gobierno que hace todas las casas iguales, es para que la mudanza sea lo menos terrible posible, por dios, que avanzado es el gobierno, y uno que le tira mierda todos los días. Y nadie se da cuenta de que la música me ayuda a que, cuando los mire, no los vea a ellos(ustedes), sino los deforme a antojo como interpretaciones de las melodías escuchadas, y de las letras sufridas, cuando la letra de una canción es muy buena, veo la dignidad y buena voluntad en las personas, aunque te vea que eres en realidad horrible, sé que tienes tu lado bueno, por eso es que la música la escojo yo y no pongo la Rock&Pop. Pero esto es porque, cuando la señora/señor quiere bajarse en la mitad de la calle, impone su corpulencia en forma de pregunta, me deja acá por favor? es lo que dicen sus rollitos bajo kilos de abrigo, pero su boca no se mueve, no se mueve hasta que ve que no ladejaron donde quería, el desgraciado, cómo se le ocurre, deberían quemarlos vivos a todos... Aunque es por mucho más que por la señora, ella no tiene la culpa, al menos no en resumen, tiene la culpa cuando duele mucho la cabeza y las pilas se acabaron, pero no es ella, esto es porque... los días son pesados, las nenas desvían la mirada... no, no es por eso, en realidad, esto es porque hoy me siento bien, porque la micro es una porquería y la gente te empuja y las cabezas estudiantes nunca hablan de verdad, pero a pesar de todo, todo estabien, y no es el amor, siempre tiene el amor algo que ver en los finales felices, pero no es el amor, es que por fin parezco ser inmune a la ciudad, la ciudad no tiene más armas contra mi. Hasta que las pilas se acaben de nuevo.

30 junio 2005

Támesis

Una "generación Londinense" podría ser la que me tocó vivir. No por vivir allá sino por el horizonte de mis aspiraciones más trascendentales, y superficiales también.

Desde siempre me gustó el Ingles. Había un garbo en su fonética, una inverosímil sensación de inmortalidad al hablarlo. Me parecía que el Ingles era una diversión, a cada minuto, no como el castellano que había estado tan arraigado en mí toda la vida que apreciarlo era cosa de vejetes en bibliotecas. Eso para empezar. Como el viejo chico que solía ser, tenía aficiones un tanto extrañas para mi edad, por ejemplo: adorar las bebidas como el té y el café. No sé de donde habré sacado esta maña: Ciertas tardes me posaba en lo más parecido a un sillón que encontrara e imaginaba la decoración de una vieja casona británica mientras bebía una tasa de té, lo que pretendía era gozar de ese momento de calma absoluta, casi enfermiza, pero con garbo, y garbo was London. Aclarar que esta "esquizofrenia" era gratuita, es necesario. Es decir, no veo motivos más que la televisión que un niño de diez años puede ver. Afuera quedaban sentimientos racistas (no los tenía), ni mucho menos de vergüenza por mi patria (la amaba más que ahora). El amor por este arquetipo británico, que probablemente no es tal, surgió de la más pura imaginación de un tele maníaco. No se deben descartar motivos subliminales o de inconsciente colectivo, quién sabe........

La adolescencia y su atracción fatal por lo futil es un factor no desechable. Llegaron los locos años del Grunge, de los Backstreet Boys, de las niñas que iban a fiestas con niños de zapatillas y chaquetas estilo Nick Carter. Yo notaba algo extraño con mi reloj vital, tiempo atrás intuía (no era difícil) que yo llegaba tarde, más que el resto. Me temo que, a la vez, pasaba por una decisión propia, pero ese es otro tema. Odiaba a los Fabulosos Cadillacs (la onda latina buena onda), a No Doubt (qué tanto, si sólo les gustaba Don´t speak); a Nirvana (a pesar de los atributos musicales, su figura era casi tan usada y prostituida como la del Che), Guns and roses (maldito Axel); Backstreet boys (detestaba más a las minas que atiborraban con sus posters las piezas, Nick era omnipresente); El hip- hop (eso, para terminar de cagarla). Obviamente que las fiestas no me gustaban, qué iba a bailar ¿ King Africa ?; ¿ Proyecto uno?; ¿ Gillete? ¿Ilegales?... No, no era fácil la cosa. Ante mis ojos se vendían al mercado los valientes pichangueros de siempre, los de toda mi infancia. Vi como sus axilas, marcadas por el partido en la plaza, se tornaban chanamente hediondas al desodorante Axe que todos sus nuevos amigos usaban. Como sus pelos, simpáticamente indecentes, se tornaban maleables y refractarios producto del gel más ordinario. Me refugié en extrañas cavernas, y me adapté a mi desadaptación, era como un cavernario de cuya vida no se supo hasta que pasaron las glaciaciones. Era un troglodita en muchos sentidos, pero sobreviví, antes no tenía estilo, ahora,.... tampoco (pero la situación pronto sería más
favorable).

Los mamarrachos tienen estilo......Poco a poco fui notando que mi desgano por ir a mega tiendas para obtener ropas nuevas, que por lo demás medio Chile usaba, no era un Karma tan grande como para alejarme del objetivo: tener onda. He de decir que las ropas en extremo "freak" tampoco me causan mucha gracia, salir de una esclavitud para ir a otra tanto o más agobiante no me parece lógico. Lentamente el jeans con la polera hacían nido en el bosque onírico donde crecen y mueren mis gustos. Se iban sumando ciertos chalecos, ciertas zapatillas, ciertos pantalones (de preferencia oscuros), nada muy grandilocuente. Pero postulo que mis gustos no tenían nada de noble sencillez, aparentaban tenerla, pero en el fondo no eran más que la subliminal copia de un mundo mediático que se venía encima con fuerza por esos años. Un universo básicamente musical que englobaba distintos sonidos, rock y pop, buenas y malas bandas, pero todas empaquetadas y vendidas bajo la misma gran marca, la marca de la Isla Británica, el nunca bien ponderado brit-pop. Ahí sí que cabían mis rarezas, no tan raras por lo demás; Ahi sí que valía no tener zapatillas de marca, ni una pinta producida. Los supertalentos musicales hacían un paso al lado para permitir que no sólo la música virtuosa fuera aplaudida, la industria musical daba cabida a bandas que sin ser netamente pop lanzaban nuevas propuestas visuales e intelectuales, con letras que hacían reflexionar sobre la importancia relativa de muchas cosas de nuestra vida. No me era difícil elegir entre los alaridos de Axel Rose y la irónica "Creep" de Radiohead. Decir que me gustaba la música "más pajera" es otra teoría con validez. Sacrilegio omitir a : Blur, Elastica, The Smiths, Oasis, Suede, Pulp......

Los ingleses engendran un nuevo hijo, o todo el mundo y su diversidad cultural lo paren a través de Londres. Otro hermanito que se suma al niño rabioso (little Sam) que históricamente ha sabido aprovechar las oportunidades, humillando no sólo a sus padres que con rabia también le parieron. Este nuevo hijo es medio inmaterial y sus instintos asesinos son inexistentes, es hijo de un lenguaje universal, de arquetipos, más descifrable con poesía que con palabras cotidianas. Inglaterra tiene nuevos hijos y esa es la London Generation....Talking about my generation.

26 junio 2005

The Death Smells Like A Woman

A pesar de que tanto caminar ha desgastado un poco mis zapatos, y de paso, mis pulmones, cuido de llevar mi traje lo mas lustroso posible, después de todo, sigo siendo un caballero.

La vida, ay la vida me ha tratado bien, me entregó un buena familia, una posición social, tenia auto y un futuro, muchos amigos (creo) y un pato. Recibí una educación privilegiada, estudié en Harvard desde los
21, me recibí con honores y un birrete.

En mi animo de entender, me embarqué en estudios sociales, luego de terminar mis estudios de postgrado, de lo que guardo solo buenos recuerdos. Fue en una de esas salidas donde la conocí, y quise especializarme en ella, aprovechar mi juventud, en esos años de mozos 24.

La perseguí días y noches, de una manera un tanto extravagante, mi amable familia quiso internarme, decían que todo eso no era normal, que pensara en mis hijos y en mis abuelos, en mi pato, o mi birrete. Nunca entendieron, un hombre debe hacer lo que debe hacer, sobre todo si se encuentra con su destino, tan de cerca y en la cara.




Sobre ella, que puedo decir, la encontré consolando a un mendigo, que una noche de invierno no tuvo donde guarecerse de la lluvia y las bajas temperaturas. Ahora que lo pienso, ella siempre había estado allí, cuando niño quizás nunca la vislumbre, era lejana creo, mas allí, con el vagabundo, pude verla a los ojos, tan de cerca que congelo hasta mis sueños, tan enajenante como la vida misma, tan grande que ahora la define, para mi.
Su aparición produjo un quiebre en mi vida, perdí el auto, los amigos el birrete y el pato, mi familia sigue siendo buena, pero ya no es mía, aun tengo una posición social, la última, según el censo.

Ahora, estoy viejo y cansado, las cosas se sinceraron con ella y esta a mi lado esperándome, la alcance mientras me alcanzaba. Ahora mi traje ya no esta tan lustroso, mis zapatos se gastaron completamente, al igual que mis pulmones. La vida en la calle es dura, mucho para mis treinta pesados años.

Por última vez, camino sobre la hierba temprano por la mañana, esta se defiende con pequeñas gotitas que mojan mi calzado matutino, mis pies descalzos y entumecidos, que enferman mi cuerpo por última vez, mientras muero en sus cálidos brazos, en una escena no tan extraña para mi...