01 abril 2006

El Moulian entre el Centeno


Ingmar Beckham:
Por qué la gente tiene que saludarse con tanta palabrería, por qué no pueden citar frases interesantes, en vez pensar que otro corte de cabello te quedaría mejor. Estoy seguro que cada gran escritor quiere encontrarse con su par, desean secretamente que incluso el cartero fuera un verdadero hombre de letras. Un gran escritor puede ser el vendedor de helados de labia fluida e hilaridad a flor de piel, sin embargo, ese gentío intermedio, la que se preocupa de nimiedades abismantes, esa gente es mucho peor que un analfabeto, ciertamente son peores, más patéticos aún cuando los veo viajar en su auto a la playa, para salir a vivir algo más parecido una novela, dos semanas de sol al año son su mejor libro.



Canino Tolstoi: Es un deleite la nimiedad, el absurdo, el sinsentido, siempre que tu vida sea demasiado inútil como para andar analizándola. Prefiero juntarme con una nena y decirle cosas sin sentido, reírme de lo que se están riendo en la mesa de al lado, contar las mismas anécdotas una y otra vez, prefiero el encandilante brillo rojizo de la trivialidad antes que sumirme en una introspección profunda. No es necesario, mis instintos dicen que soy mucho más volátil que el agua y que mi superficie es tan testaruda como para mantenerme de carne y hueso, que no podría vivir sin ella. Soy uno de ellos, no jodas, estoy seguro que en la intelectualidad se llega a lo mismo pero de otra forma, quizás no con las palabras no-sirvo-en-este-mundo, sino citando alguna célebre frase de Octavio Pugna, o alguien que sea el nuevo Liam Heidegger, qué se yo, la superficialidad quizás no es tan aparente, pero es la misma, sólo se escuda en quienes parecen distar de eso. Shame on you, Ingmar, you're one of us.



Ingmar Beckham: Pero, explícame amigo, de qué carajos me ha servido la literatura, no me ha hecho mejor persona, sino que me ha dado la habilidad de encontrar inútiles una mayor cantidad de cosas. Boberto Rolaños, decía que se quemaba con este mundo, parecía un buen tío, equilibrado, pensé que Octavio Pugna podía ser un factor clave en su armonía, lo leí y caí en cuenta de más realidades que se me escapan, definitivamente un libro puede ser muy similar a una piedra en el zapato. Es un deporte extremo, si no se te tuerce el pescuezo, tu humildad sale lesionada. Pero la vida te puede brindar las dos lesiones sin mayor aprehensión, puedes quebrarte una pierna y ser una pésima persona a la vez. Cuando el camino se pone tan oscuro parece surgir una fuerza que te protege, una infinita confianza, se va fugaz, ¿podré algún día sentirlo a voluntad?, ¿tendré siempre que clamar al cielo cuando tengo el agua al cuello? Hay libros que nos hacen valientes, por que tu alma ha decidido ser valiente. Francis ¡oh!tuyama no debió haber predicho el fin de la historia, debió haber sido más poeta y más valiente, debió predecir el fin de la tristeza, me hubiera hecho un gran favor, tal vez los argumentos son suficientes, sólo están escondidos.



Canino Tolstoi: Es verdad, compañero, muchas veces la felicidad está más cerca del ignorante que del letrado, podríamos terminar la historia y quedar conformes, exclamando al cielo con aire de suficiencia, al decir que cada uno nació y fue destinado en este terruño por una razón determinada, y que la diferencia entre las personas es lo que hace al mundo mundo y al ser humano ser humano, y a la vida, vida. Es lo necesario, el equilibrio, blablabla. Sin embargo también es necesario esto, el intercambio de apreciaciones, la riqueza que se halla entre la interacción de varios que no se encuentra en el pensamiento en solitario. Primero agradezco el tener esta suerte, también agradezco el ser desdichado gracias a la literatura, ya que de otra forma no me concibo. Luego, responderé a tu pregunta: la literatura nos hace, a los de nuestra calaña, sensibles a la humanidad. Ya que no sentimos más que repudio al escuchar los parloteos y risas y amor de muchedumbres, nos hemos ubicado en otra escala (nunca mejor, sólo diferente) de sensibilidad. No podría llorar nunca al escuchar alguna canción de Whitney Texas, sin embargo quedo en conmoción al leer al tal ¡oh!tuyama que tan apropiadamente has citado. Quizás la literatura me ha ayudado a quedar mejor parado frente a situaciones que yo mismo busco, análogamente como la vieja de la farmacia queda bien parada al preguntársele cual medicamento puede tomar en cambio del que es más caro. En definitiva, el Canino conciliador dice que la literatura no es nada, no ayuda en nada, sólo diferencia.



Ingmar Beckham: Quizás sólo escribimos o conceptualizamos los vacíos que, desde una célula hacía arriba, la materia puede percibir. Así un gato es también un intelectual, pero sólo puede pasarte la cola entre las piernas, o decir miau para ser conciliador, el rasguño es su crítica ácida, como las referencias literarias del Times. Tal vez al conceptuar tales vacíos o estímulos, no hagamos nada distinto de lo que el universo es, por otra parte, podríamos estar creando fluctuaciones mentales, conceptos, que escapen a la estructura, ahí seríamos libres de la materia, una especie de semejanza con Dios, quizás lo de la imagen y semejanza con Dios vaya por otro sentido, y sólo estemos rasguñando la alfombra. Quién lo dirá ¿Jurgen Habermenos?.



Canino Tolstoi: Entiendo completamente, el gato es un ejemplo que debemos seguir: su comportamiento deberá ser adquirido por las nuevas generaciones. En fin, creo que el asunto está claro, la materia fluctúa constantemente, y la estructura nos hará libres, por lo que creo que esta discusión terminó de ser tal. Sólo espero encontrarme contigo en un callejón oscuro, donde dejaremos de ser lo que Dios o quizás quien nos ha determinado, para por fin ser uno junto con el polvo de estrellas y desaparecer en una noche de smog.



Ingmar Beckham: Vaya, veo que no necesitas tratados de filosofía para sentirte mejor, afirmas cosas cual si René Selecciones viviera en ti, pero está bien, nadie tiene más mérito que tú. Espero sinceramente que encontremos la paz, y que vivamos para siempre. Por ahora invitaría a toda la comunidad a quemarse el culo por los demás de pensamiento, palabra, obra, y omítanme por que aún no logro ser consecuente. Sin embargo deseo eso. Tal vez los libros logren su mejor utilidad sirviendo de pasta de reciclaje para hacer nuevas estructuras que conforten a los que viven en la miseria. En esto soy literal, pero no tanto.

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