24 febrero 2006

Las dudas suelen atacar en lugares lujosos

Esta vez, el carismático Bob Sacamano, hechará mano a su verborrea y maña para alegrar el ánimo de aquel lector que piensa que la risa no está en onda, o peor aún, a aquel que cree que la alegría y Bob están en pugna . No se pongan reacios a la risa, si quiere reírse, haga un esfuerzo, no vaya a ser que haya leído estas líneas sin siquiera esbozar una sonrisita, por último, de verguenza ajena. No reírse seria un error severo, y todos sabemos como Bob Sacamano detesta los errores severos.

Era un Hotel lujoso, le había dicho al taxista que me llevara al comedor con más exclusivo y caro que conociese. Afortunadamente el tipo conocía el sector alto de la capital y no me llevó a donde "El Lucho", como en algún momento temí. Mientras mis dedos jugaban con la bolsa de té Lipton que saqué minutos antes de la salir desde la despensa de mi cocina, el mozo con ínfulas de ministro, me pasó la carta, presto le dije, que sólo quería un vaso de agua, me miro extrañado, le enseñé la bolsa de té y le dije: " Un vaso de agua hirviendo". Actuó como si me tomara el pedido y se marchó, al minuto regresó con un viejo grande de pelo cano, quien parecía ser el semental que procreó a toda esa masa de mozos aparentadores, me miro seguro y me dijo: "Señor, usted es una persona normal , usted me entiende, no podemos atenderle en aquello". Me hizo gracia el caballero, salí afuera y mientras caminaba por los cuidados jardines, reflexioné que lo extraño de la situación se puede deber a mi alimentación de ebrio, y no a mi genalidad de creador original, es decir, debo dormir más y comer mejor, en ese proceso de recuperación me encontraba, cuando Milan Kundera se me apareció en un sueño y me pasó el siguiente poema, a modo de explicarme, con un ejemplo concreto, lo que jamás debe hacerse con una buena obra. Me dijo: "Toma, no lo publiques". Publicar este artifício es casi un error severo, pero bueno, Bob Sacamano predica con el ejemplo ,y recicla la basura dándole una función útil. Tal como una botella de Coca-cola es un macetero, Bob le porfía a Kundera:


¿Letras o cornflakes?

Comer o no comer,
Injusto por que yo vivo en Platón,
y las letras se olvidan de aminoácidos esenciales.
Por que los pobres no lo querrían escuchar,

Ningún nutriente sin garbo vendrá a intervenir,
Por las propias quiero vivir.
Ya se gastan las glucosas y los ciclos alteran electrolitos,
Si no se piensa con el alma, este caos sea bendito,
Coma, coma, cerebrito.

.....¿Letras o Cornflakes?, una al desayuno, lo otro en las onces.
No es armonioso,
Pero que vaya para ricos y pobres.

Es así como me dí cuenta que necesito ordenar mi vida en muchos aspectos, y sólo publicar poemas de Borges.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo hiciste eso de poner los comments underneath the text? te felicito por la frescura de tus palabras, Valentina me lo reprochó el otro día, acerca de la eterna melancolía de Sacamano, pues Alejandro prooved her wrong, in so many ways.

Anónimo dijo...

Sin pretender que escribiesen algo mas alegre, me encanto, sacaron risas espontaneas in poco olvidadas por estos lugares... gracias.