30 octubre 2005

Yo - Pueblo

Pasan acá tantas cosas,
me duelen las muelas,
mis quijadas ya no aguantan, y mis piernas son flacas.

El hambre es mi cena la mitad de la vida,
tengo la mar al frente, y una montaña bajo el trasero,
he venido aquí no sé ya cuanto tiempo,
los ojos de la gente, llenos de ego,
eso es peor que el frío. Si la vida me alcanzara
para disfrutar más de estos momentos, estaría agradecido,
pero el cuerpo no resiste tanto, creo que en no más de un año,
mis barbas serán ataúd blanco, que avise a los pájaros
que la cena está servida, por mientras, el cielo es azul intenso,
y ayer fue gris, llovió, y fue bello.

Estoy viviendo para otros,
tengo tantas cosas en que pensar estando solo,
hay tantas historias en una cárcel como en una rama tocando el mar,
¿por qué tantas cosas si el paisaje es el mismo?;
¿por qué soy tan feliz y ésta montaña tan triste?;
tan vivo yo, y tan fatídico el mar;¿
por qué recuerdo un pasado feroz, si no necesito el pasado?,
lo estoy averiguando.

Mi duda más grande es saber donde estoy,
ya sé que todas mis dudas
son gula, pero ¿dónde estoy?
Qué hay más allá del agua que rodea esta
montaña solitaria,
será verdad que este mar azul son negras pupilas,
y que a este cielo lo enmarca un cráneo,
y que cada ventisca
que desordena mis vestiduras, justo como ahora,
es un poema que están leyendo.

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